martes, 12 de marzo de 2013

Investigadores españoles relacionan el cáncer con fallos en la protección de los cromosomas

Un estudio de investigadores españoles ha publicado en la revista 'Nature Genetics' ha detectado un nuevo mecanismo que puede contribuir al desarrollo de diversos tumores, incluyendo la leucemia linfática crónica, una forma de cáncer que afecta a más de mil nuevos pacientes cada año en España.

Este  trabajo, dirigido por la directora del Centro Nacional de Investigaciones Oncológicas (CNIO), María Blasco; Carlos López-Otín, del Instituto Universitario de Oncología de la Universidad de Oviedo y Elías Campo, del Hospital  Clínic/Universidad de Barcelona, representa un nuevo avance del Consorcio Español para el estudio del Genoma de la Leucemia Linfática Crónica.
"La leucemia linfática crónica es la leucemia más frecuente en los países occidentales", afirma López-Otín. Este experto entiende que una vez descifrados los cambios genéticos y epigenéticos más frecuentes en su desarrollo "es necesario conocer los mecanismos bioquímicos alterados por dichos cambios para poder mejorar su diagnóstico y tratamiento".
Continuando los trabajos previos dirigidos por Campo y López-Otín, publicados en 'Nature' y 'Nature Genetics' en los dos últimos años, los científicos se centraron en las mutaciones que afectan a POT1, uno de los genes implicados en la protección de los extremos de los cromosomas, los telómeros, descubriendo por primera vez que un gen con esta función aparece mutado en un cáncer humano.
"Llevamos mucho tiempo estudiando la biología de los telómeros, ya que alteraciones en su mantenimiento se asocian al cáncer y también al envejecimiento. Aunque se conocen mecanismos por los que las células tumorales alteran sus telómeros, las mutaciones en POT1 revelan otra ruta hasta ahora desconocida", destaca Blasco.
Cada cromosoma tiene en su extremo en los telómeros, un capuchón protector formado por proteínas, y POT1 es la "grapa" que lo fija en su sitio uniéndolo al ADN telomérico. Todas las mutaciones ahora halladas en POT1 impiden a este gen cumplir su función, por lo que el ADN del extremo del cromosoma se queda sin su cubierta protectora. El estudio de la ruta bioquímica que lleva de estas anomalías al crecimiento descontrolado de  los  linfocitos  B  puede  proporcionar  importantes  claves  sobre  la leucemia linfática crónica y el cáncer en general.
Tras analizar el genoma de 341 pacientes de leucemia linfática crónica, comparando en cada caso los genes de células sanas con los de tumorales-, los investigadores descubrieron que POT1 es uno de los genes más frecuentemente mutados en esta enfermedad.
Los resultados previos del Consorcio Español para el estudio del Genoma de la Leucemia Linfática Crónica ya habían mostrado que en esta patología intervienen más de mil mutaciones y que cada paciente presenta  una  combinación  única  de  centenares  de  ellas.  Uno  de  los hallazgos más sorprendentes de los estudios del consorcio es la gran diversidad genética y molecular de la enfermedad.
Los diversos genes mutados identifican subgrupos relativamente pequeños de pacientes con características diferentes en su enfermedad. De hecho, las mutaciones que más se repiten se dan sólo en el 15 por ciento de los pacientes. Aún así, su identificación representa un gran avance, porque es un paso hacia el objetivo de las terapias personalizadas, adaptadas al perfil genético de cada tumor.
En el trabajo que ahora se publica, los científicos han encontrado que el 3,5 por ciento de los pacientes con leucemia linfática crónica presenta mutaciones en POT1, pero esta cifra asciende al 9 por ciento del subgrupo de enfermos con una forma especialmente agresiva de la enfermedad. De esta manera, el estudio identifica POT1 como uno de los genes más importantes en esta patología.
"Los pacientes con mutaciones en POT1 pertenecen al grupo con peor pronóstico. Por tanto, la intervención terapéutica sobre esta ruta podría ayudar al tratamiento de un grupo de pacientes cuyas perspectivas clínicas son, en la actualidad, muy desfavorables", concluye Campo.
El Consorcio Español para el Estudio del Genoma de la Leucemia Linfática Crónica está financiado por el Ministerio de Economía y Competitividad a través del Instituto de Salud Carlos III y se enmarca dentro del Consorcio Internacional de los Genomas del Cáncer (ICGC).

Los glóbulos blancos juegan un papel clave en el control de los glóbulos rojos

Investigadores del Colegio de Medicina Albert Einstein de la Universidad Yeshiva y la Escuela de Medicina de Icahn en el Monte Sinaí, ambas en Nueva York, han encontrado que los macrófagos, las células blancas de la sangre que desempeñan un papel clave en la respuesta inmune,  también ayudan a producir y eliminar las células rojas de la sangre del cuerpo (GR).

Este hallazgo, publicado en la edición digital de la revista 'Nature Medicine', podría conducir a nuevas terapias para enfermedades o condiciones en que la producción de glóbulos rojos se descontrola. "Nuestros resultados ofrecen interesantes conocimientos sobre cómo el cuerpo mantiene un equilibrio saludable de las células rojas de la sangre", dijo el líder del estudio, Paul Frenette, profesor de Medicina y Biología Celular y director del Instituto de Investigación L. Ruth and David S. Gottesman sobre células madre y medicina regenerativa de Einstein.
"Hemos demostrado que los macrófagos de la médula ósea y el bazo fomentan la producción de nuevas células rojas de la sangre al mismo tiempo que el envejecimiento de las células rojas de la circulación de la sangre. Esto nos puede ayudar en última instancia a diseñar nuevas terapias para las enfermedades que provocan niveles anormales de glóbulos rojos, como la anemia hemolítica, la policitemia vera y la pérdida aguda de sangre, además de ayudar a la recuperación de la quimioterapia y el trasplante de médula ósea", explica.
   Por ello, el Colegio de Medicina Albert Einstein ha presentado una solicitud de patente conjunta con el Monte Sinaí en relación con esta investigación. Estudios previos realizados en el laboratorio habían sugerido que los macrófagos en la médula ósea actúan como células nodrizas para eritroblastos, que son precursores de los glóbulos rojos. Pero no estaba claro cómo funcionan estas "islas" (macrófagos eritroblásticos rodeados de eritroblastos) en los animales vivos.
   Hace unos años, Andrew Chow, estudiante del Monte Sinaí en los laboratorios de los doctores Frenette y Miriam Merad, profesora de Ciencias Oncológicas e inmunología en ese centro universitario, encontró que los macrófagos de médula ósea expresan una molécula de la superficie celular llamada sialoadhesina o CD169, un objetivo que podría ser utilizado para la eliminación selectiva de los macrófagos de la médula y podría ayudar a identificar el papel de los macrófagos en las islas eritroblásticas en vivo.
   Eso es lo que los doctores Frenette y Merad hicieron en el presente estudio con ratones. Estos investigadores encontraron que la eliminación selectiva de CD169 positivas de los macrófagos en ratones reduce el número de eritroblastos de médula ósea, lo que evidencia que estos macrófagos son de hecho vitales para la supervivencia de los eritroblastos, que se desarrollan en los glóbulos rojos.
"Lo sorprendente es que no pude ver ninguna anemia significativa después", dijo el doctor Frenette. Los investigadores analizaron la duración de vida de las células rojas de la sangre y encontraron que estaban circulando durante un tiempo más largo de lo habitual.
"Después de que se agotaran los macrófagos en la médula ósea, descubrimos que se había agotado también CD169-positivo de los macrófagos presentes en el bazo y el hígado. Resulta que los macrófagos en estos dos órganos son muy importantes en la eliminación de los glóbulos rojos viejos de la circulación periférica. Tomados en conjunto, los resultados muestran que estos macrófagos tienen una doble función: en la producción y eliminación de células rojas de la sangre", dijo.
   Los investigadores también examinaron el papel de los macrófagos en la policitemia vera, una enfermedad genética en la cual la médula ósea produce demasiados glóbulos rojos y que suele llevar a dificultades para respirar, mareos, coagulación sanguínea excesiva y otros síntomas. En un modelo de ratón con la patología, encontraron que con CD169 positivas de macrófagos agotadas en la médula ósea se normaliza el recuento de RBC, lo que apunta a una nueva forma de controlar la policitemia vera", concluye Frenette.

Té verde y café pueden reducir el riesgo de ictus

El té verde y el café pueden ayudar a reducir el riesgo de tener un derrame cerebral, especialmente cuando ambos están entre el consumo regular de la dieta, según las conclusiones de un estudio publicado en 'Stroke: Journal of the American Heart Association'.

   "Este es el primer estudio a gran escala para examinar los efectos combinados de té verde y café sobre los riesgos de accidente cerebrovascular", afirmó Yoshihiro Kokubo, autor principal del estudio en el Centro Cerebral y Cardiovascular Nacional de Japón. "Se puede hacer un cambio de estilo de vida pequeño pero positivo para ayudar a reducir el riesgo de ictus mediante la adición de té verde a su dieta diaria", agrega.
   Los investigadores preguntaron a 83.269 adultos japoneses acerca de su consumo de té verde y los hábitos de ingesta de café, siguiéndolos durante una media de 13 años y encontraron que cuanto más té verde o bebida de café se consumía, menor era el riesgo accidente cerebrovascular. Los participantes en el estudio tenían entre 45 y 74 años, divididos en partes casi iguales entre los géneros y estaban libres de cáncer y enfermedades cardiovasculares.
   Las personas que bebieron al menos una taza de café al día tenían un riesgo un 20 por ciento menor de accidente cerebrovascular en comparación con los que rara vez lo tomaban. Las que ingerían dos o tres tazas de té verde diarias registraban un 14 por ciento menos de riesgo de accidente cerebrovascular y los que bebían al menos cuatro tazas, un 20 por ciento menos de posibilidades de sufrirlo frente a quienes no consumían esta bebida.
   Las personas que bebieron al menos una taza de café o dos tazas de té verde al día tenían un riesgo un 32 por ciento menor de hemorragia intracerebral (cuando un vaso sanguíneo se rompe y sangra dentro del cerebro), en comparación con aquellos que rara vez tomaban estas bebidas. Alrededor del 13 por ciento de los accidentes cerebrovasculares son hemorrágicos.
   Durante los años 13 años de seguimiento, los científicos revisaron los registros hospitalarios de los participantes médicos y certificados de defunción, la recopilación de información sobre las enfermedades del corazón, derrames cerebrales y las causas de la muerte. Se ajustaron sus resultados para tener en cuenta los factores de edad, sexo y estilo de vida como el tabaquismo, el alcohol, el peso, la dieta y el ejercicio.
   Los bebedores de té verde en el estudio eran más propensas a hacer ejercicio en comparación con los no bebedores. Los primeros resultados del estudio mostraron que el consumo de más de dos tazas de café al día se relacionó con aumento de las tasas de enfermedades coronarias del corazón en la edad y el sexo ajustado, pero los investigadores no encontraron la asociación después de tener los efectos de fumar cigarrillos, lo que subraya el impacto del tabaquismo negativo sobre la salud del corazón y el derrame cerebral.
"La acción ordinaria de beber té o café, en gran parte beneficia la salud cardiovascular, ya que mantiene en parte la formación de coágulos", explica Kokubo. El té y el café son las bebidas más populares en el mundo después del agua, lo que sugiere que estos resultados pueden aplicarse en otros países.
   No está claro cómo el té verde afecta a los riesgos de accidentes cerebrovasculares. Un grupo de compuestos conocidos como catequinas puede proporcionar alguna protección porque tienen un efecto antioxidante y antiinflamatorio, por lo que aumenta la capacidad antioxidante del plasma y los efectos antitrombogénicos.
   Algunos productos químicos en el café son el ácido clorogénico, reduciendo así los riesgos de accidente cerebrovascular al disminuir las probabilidades de desarrollar diabetes tipo 2. Investigación adicional aclarará cómo la interacción entre el café y el té verde podría ayudar a reducir aún más los riesgos de accidente cerebrovascular, concluye Kokubo.

El reflujo gastroesofágico puede afectar al 50% de los lactantes

El reflujo gastroesofágico (RGE) puede afectar al 50 por ciento de los lactantes en los primeros meses de vida, pues se trata de un trastorno muy frecuente en la infancia y es uno de los motivos principales de consulta en Atención Primaria.

   La doctora Carmen Rosa Rodríguez, pediatra de Atención Primaria y presidenta de APApCanarias, señala que el reflujo gastroesofágico se produce por una inmadurez del aparato digestivo y una alteración en su funcionamiento que es normal en los primeros meses de vida. De hecho, ha indicado que es muy común que todos los niños en sus primeros meses padezcan este trastorno en mayor o menor intensidad.
   La pediatra comentó que lo más frecuente es que el reflujo ocurra en los cuatro primeros meses de vida del niño, y aclaró que es un trastorno transitorio que suele mejorar hacia los 12 ó 18 meses de edad. No obstante, en población pediátrica pueden detectarse prevalencias desde el 2 hasta el 8 por ciento, matiza la especialista.
   La prematuridad, la obesidad, ciertos problemas neurológicos y algunas patologías respiratorias pueden provocar la aparición de reflujo gastroesofágico. En este sentido, la lactancia materna puede servir de ayuda para disminuir este trastorno.
   Además, evitar la obesidad es una de las formas de prevenir el reflujo en niños más mayores, por lo que los expertos recomiendan que durante la etapa infantil la dieta sea baja en chocolate, grasas y picantes.
   La doctora García recomienda evitar las posturas de semisentado y sólo si el niño está despierto y vigilado, los padres pueden tumbarle sobre su lateral izquierdo. Además, es aconsejable controlar las tomas evitando volúmenes elevados y, en ocasiones especiales, introducir algún cambio en la alimentación que siempre deberá ser supervisado y pautado por su pediatra.
   "Lo habitual es que el reflujo sea un proceso transitorio, benigno, por inmadurez y ocurra en niños regurgitadores, pero felices", explica la pediatra.
   Los padres deben sospechar enfermedad por reflujo y consultar si ven afectada la calidad de vida del niño o si éste no presenta un desarrollo adecuado para su edad. "Siempre deberán comentarlo con su pediatra, porque además, los síntomas sugestivos de RGE en niños pequeños a veces se superponen con síntomas de otras enfermedades como la alergia a proteínas de leche de vaca", subraya la doctora García.

Las personas que ven más horas de TV tienen peor función vascular

Un estudio realizado por seis centros de Atención Primaria de Barcelona, Zaragoza, Cuenca, Bilbao, Valladolid y Salamanca ha mostrado que las personas que ven más horas de televisión tienen peores funciones vasculares.

   Para llevar a cabo esta investigación, publicada en la revista 'American Journal of Hypertension' y recogida por la plataforma Sinc, los expertos analizaron a 732 personas de entre 20 y 80 años que respondieron a diversas preguntas sobre hábitos de vida vinculados al sedentarismo, como ver la televisión. La información aportada se relacionó con un parámetro denominado 'PAIx75,' que se deriva de medidas de la presión arterial.
   Así, para realizar esta evaluación se ha utilizado un modelo instrumental capaz de tomar varias datos como, por ejemplo, medir cada 15 minutos durante un periodo de 24 horas la tensión arterial y realizar también una toma de la presión arterial central mediante tonometría. Con esta información, construye los valores de 'PAIx75' y, cuanto mayores sean, el sujeto tendrá una mayor rigidez arterial y peores funciones vasculares.
   Así, los investigadores dividieron en tres franjas el número de horas a la semana dedicadas a ver televisión: menos de 10 horas, entre 10 y 20 horas y más de 20 horas. Los individuos clasificados en esta última franja presentaron cifras de 'PAIx75' mucho más elevadas, de manera que su salud cardiovascular era claramente peor.
   "Vimos una relación clara, directa e independiente de otros factores como la edad, el sexo, el consumo de fármacos, la obesidad o el tabaquismo. El análisis estadístico da validez a estas observaciones, que refuerzan la idea de que llevar una vida sedentaria tiene consecuencias muy negativas para la salud cardiovascular", ha comentado el investigador del centro de salud La Alamedilla (Salamanca), José Ignacio Recio.
   La investigación se ha realizado con los datos recopilados entre los años 2010 y 2012 dentro del estudio 'Evident', financiado por el Instituto de Salud Carlos III, que analizó los hábitos de vida de 1.553 pacientes. Estas personas, seleccionadas de forma aleatoria gozan, en líneas generales, de buena salud.