El reflujo gastroesofágico (RGE) puede afectar
al 50 por ciento de los lactantes en los primeros meses de vida, pues
se trata de un trastorno muy frecuente en la infancia y es uno de los
motivos principales de consulta en Atención Primaria.
La doctora Carmen Rosa Rodríguez, pediatra de Atención Primaria y
presidenta de APApCanarias, señala que el reflujo gastroesofágico se
produce por una inmadurez del aparato digestivo y una alteración en su
funcionamiento que es normal en los primeros meses de vida. De hecho, ha
indicado que es muy común que todos los niños en sus primeros meses
padezcan este trastorno en mayor o menor intensidad.
La pediatra comentó que lo más frecuente es que el reflujo ocurra
en los cuatro primeros meses de vida del niño, y aclaró que es un
trastorno transitorio que suele mejorar hacia los 12 ó 18 meses de edad.
No obstante, en población pediátrica pueden detectarse prevalencias
desde el 2 hasta el 8 por ciento, matiza la especialista.
La prematuridad, la obesidad, ciertos problemas neurológicos y
algunas patologías respiratorias pueden provocar la aparición de reflujo
gastroesofágico. En este sentido, la lactancia materna puede servir de
ayuda para disminuir este trastorno.
Además, evitar la obesidad es una de las formas de prevenir el
reflujo en niños más mayores, por lo que los expertos recomiendan que
durante la etapa infantil la dieta sea baja en chocolate, grasas y
picantes.
La doctora García recomienda evitar las posturas de semisentado y
sólo si el niño está despierto y vigilado, los padres pueden tumbarle
sobre su lateral izquierdo. Además, es aconsejable controlar las tomas
evitando volúmenes elevados y, en ocasiones especiales, introducir algún
cambio en la alimentación que siempre deberá ser supervisado y pautado
por su pediatra.
"Lo habitual es que el reflujo sea un proceso transitorio,
benigno, por inmadurez y ocurra en niños regurgitadores, pero felices",
explica la pediatra.
Los padres deben sospechar enfermedad por reflujo y consultar si
ven afectada la calidad de vida del niño o si éste no presenta un
desarrollo adecuado para su edad. "Siempre deberán comentarlo con su
pediatra, porque además, los síntomas sugestivos de RGE en niños
pequeños a veces se superponen con síntomas de otras enfermedades como
la alergia a proteínas de leche de vaca", subraya la doctora García.
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