martes, 12 de marzo de 2013

El reflujo gastroesofágico puede afectar al 50% de los lactantes

El reflujo gastroesofágico (RGE) puede afectar al 50 por ciento de los lactantes en los primeros meses de vida, pues se trata de un trastorno muy frecuente en la infancia y es uno de los motivos principales de consulta en Atención Primaria.

   La doctora Carmen Rosa Rodríguez, pediatra de Atención Primaria y presidenta de APApCanarias, señala que el reflujo gastroesofágico se produce por una inmadurez del aparato digestivo y una alteración en su funcionamiento que es normal en los primeros meses de vida. De hecho, ha indicado que es muy común que todos los niños en sus primeros meses padezcan este trastorno en mayor o menor intensidad.
   La pediatra comentó que lo más frecuente es que el reflujo ocurra en los cuatro primeros meses de vida del niño, y aclaró que es un trastorno transitorio que suele mejorar hacia los 12 ó 18 meses de edad. No obstante, en población pediátrica pueden detectarse prevalencias desde el 2 hasta el 8 por ciento, matiza la especialista.
   La prematuridad, la obesidad, ciertos problemas neurológicos y algunas patologías respiratorias pueden provocar la aparición de reflujo gastroesofágico. En este sentido, la lactancia materna puede servir de ayuda para disminuir este trastorno.
   Además, evitar la obesidad es una de las formas de prevenir el reflujo en niños más mayores, por lo que los expertos recomiendan que durante la etapa infantil la dieta sea baja en chocolate, grasas y picantes.
   La doctora García recomienda evitar las posturas de semisentado y sólo si el niño está despierto y vigilado, los padres pueden tumbarle sobre su lateral izquierdo. Además, es aconsejable controlar las tomas evitando volúmenes elevados y, en ocasiones especiales, introducir algún cambio en la alimentación que siempre deberá ser supervisado y pautado por su pediatra.
   "Lo habitual es que el reflujo sea un proceso transitorio, benigno, por inmadurez y ocurra en niños regurgitadores, pero felices", explica la pediatra.
   Los padres deben sospechar enfermedad por reflujo y consultar si ven afectada la calidad de vida del niño o si éste no presenta un desarrollo adecuado para su edad. "Siempre deberán comentarlo con su pediatra, porque además, los síntomas sugestivos de RGE en niños pequeños a veces se superponen con síntomas de otras enfermedades como la alergia a proteínas de leche de vaca", subraya la doctora García.

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