jueves, 30 de abril de 2020

Investigadores descubren un mecanismo que suprime la respuesta inmunológica frente al cáncer


MÚNICH.- Investigadores liderados por la Universidad Técnica de Múnich (Alemania) han descubierto un mecanismo para identificar células reguladoras en el tejido tumoral que suprimen una respuesta inmune. Sus hallazgos pueden contribuir a mejorar el diagnóstico y la inmunoterapia del cáncer.


El sistema inmunológico no solo protege contra las infecciones, sino también contra el cáncer. Esta poderosa protección se basa, en particular, en la activación de células especiales del sistema inmunológico, las células T CD8+. Estas células reconocen las células infectadas o cancerosas y las matan específicamente.
“La capacidad del sistema inmunológico y especialmente de las células T CD8+ para eliminar las células cancerosas en tejidos como el pulmón, el intestino y el hígado suele ser limitada en los pacientes con tumores”, explica Percy Knolle, líder de la investigación, que se ha publicado en la revista ‘Nature Immunology’.
Las células cancerosas envían señales que ralentizan la respuesta inmunológica contra ellas. El conocimiento de cómo la inmunidad específica del tumor se ve restringida por estas señales ha llevado al desarrollo de inmunoterapias contra el cáncer a través de lo que se conoce como inhibición de puntos de control.
En esta forma de terapia, las señales emitidas por las células cancerosas se inhiben y liberan la inmunidad específica del cáncer. La administración de anticuerpos que se dirigen a estas señales (“inhibición de los puntos de control”) a menudo puede revigorizar la respuesta inmunológica del paciente contra el tumor.
El grupo de investigación ha descubierto un novedoso mecanismo de supresión que inhibe las respuestas inmunológicas específicas del cáncer. Según su reciente publicación, esta supresión está mediada por un producto de descomposición del metabolismo de la glucosa. Un tipo particular de célula inmune mieloide (células supresoras de mieloides), que suprime la activación de las células T CD8+, se encuentran a menudo cerca y en los tejidos tumorales. Se sabe que limitan gravemente la inmunidad específica al cáncer.
“Pudimos identificar la producción excesiva del producto de descomposición del metabolismo de la glucosa como un rasgo característico de las células supresoras en el tumor y, al mismo tiempo, atribuir la inhibición de la inmunidad específica del cáncer a este metabolito supresor”, detalla otro de los autores, Bastian Höchst.
Los investigadores descubrieron que la inhibición de las células T CD8+ específicas para el cáncer es reforzada por este metabolito supresor a través del agotamiento de los aminoácidos que son esenciales para la activación de las células inmunes. Estas células inmunes inhibidas permanecen vivas, pero son detenidas en un estado de hibernación de baja actividad metabólica.
Los investigadores lograron desarrollar métodos con los que estas células inmunes “en hibernación” pueden volver a despertarse. La combinación de la “inhibición de los puntos de control” con la neutralización del metabolito supresor condujo a un fuerte aumento de la respuesta inmunológica específica al cáncer en los experimentos. “Estos resultados abrirán el camino al desarrollo de nuevas formas de inmunoterapia contra el cáncer”, resume Knolle.

Los hombres sufren los peores efectos del coronavirus y tienen el doble de probabilidad de morir

ZÚRICH.- La tasa de mortalidad de los hombres por COVID-19 es más del doble que la de las mujeres, según un estudio realizado en China que constata, no obstante, que ambos géneros tienen las mismas probabilidades de contraer el coronavirus.

Esta es la principal conclusión de un estudio que se publica en la revista Frontiers in Public Health, el cual analiza las diferencias que hay entre los pacientes hombres y pacientes mujeres, y concluye que los varones de mayor edad podrían necesitar cuidados adicionales y un acceso más rápido a las UCI.
El trabajo encuentra que los hombres y las mujeres tienen las mismas posibilidades de contraer el virus, pero que los hombres son significativamente más propensos a sufrir los efectos severos de la enfermedad y a morir.
Para llegar a sus conclusiones, los investigadores, del Hospital Tongren de Beijing (China), analizaron un conjunto de datos de 43 pacientes de COVID-19 que ellos mismos habían tratado y datos de 1.056 personas que están disponibles públicamente; además, también incluyeron cifras de 524 pacientes de SARS de 2003 (los dos coronavirus que están detrás de estas enfermedades son parecidos).
“A principios de enero notamos que el número de hombres que morían a causa de COVID-19 parecía ser mayor que el número de mujeres”, señala Jin-Kui Yang, del citado hospital de Beijing. Entonces, relata, se plantearon la pregunta de si los hombres son más susceptibles de contraer o morir a causa de la enfermedad.
Entre los pacientes, los investigadores confirmaron que las personas mayores y las que tenían condiciones subyacentes específicas tendían a tener una enfermedad más grave y tenían más probabilidades de morir.
Sin embargo, la edad y el número de hombres y mujeres infectados eran similares, pero los hombres tendían a padecer una enfermedad más grave.
De los datos de pacientes con COVID-19 examinados, más del 70 por ciento de los que murieron eran hombres, lo que significa -apunta Yang- que los varones tienen una tasa de mortalidad casi 2,5 veces mayor que las mujeres.
“Y lo interesante es que ser hombre supone un factor de riesgo significativo para tener una enfermedad más grave, sin importar la edad”.
En el conjunto de datos del SARS de 2003, los científicos hallaron una tendencia similar, con una tasa de mortalidad significativamente mayor entre los hombres.
Tanto en el SARS como en la COVID-19, el virus es capaz de entrar en la célula humana gracias a una proteína que se une a otra, denominada ACE2. Esta se encuentra en nuestras células y el trabajo también la examina.
Así, según este estudio, los niveles de ACE2 tienden a ser más altos en hombres y en pacientes con enfermedades cardiovasculares y diabetes, todos ellos con peores resultados.
Pese a estas conclusiones, Yang y sus colegas indican que es necesario seguir investigando para determinar por qué los hombres con COVID-19 tienden a tener peores resultados.