miércoles, 20 de enero de 2021

Logran la primera imagen real del virus del COVID-19 en tres dimensiones


VIENA.- No es una foto (no se puede fotografiar a un virus), pero tampoco en un modelo computerizado. Lo que un equipo de investigadores en tres países ha logrado es la primera imagen real y en tres dimensiones del SARS-CoV-2, un avance que puede ayudar a los científicos a luchar contra él.

"Es lo más cercano a mostrar la apariencia real del virus que hemos logrado hasta ahora. Con la tecnología actual, no se puede mostrar una imagen más real", resume Peter Mindek, director de tecnología de Nanographics, la empresa austríaca que ha creado la imagen, junto a centros universitarios de China y Arabia Saudí.

Para obtener la imagen, un objeto esférico del que surgen las famosas espículas, se usó la técnica de tomografía crioelectrónica, en el que la muestra congelada se va escaneando desde distintos ángulos usando un microscopio electrónico.

Los datos obtenidos se transforman en imágenes tridimensionales usando algoritmos.

La tomografía se realizó en la Universidad Tsinghua, en China, y los datos obtenidos fueron segmentados luego por expertos de la Universidad de Ciencia y Tecnología Rey Abdalá.

Finalmente, Nanographics, fundada por científicos de la Universidad Técnica de Viena, eliminó el ruido de la imagen original, la renderizó y le asignó propiedades ópticas y colores.

Mindek recuerda que un virus es más pequeño que la longitud de onda de la luz visible, por lo que, por ejemplo, ni siquiera tiene color.

Color falso pero forma real

Por eso, los tonos rosas y azules usados en la imagen son, como él dice, "falsos", con el propósito de ayudar a representar mejor la forma y las distintas partes del virus.

Lo que sí es real, es la forma del virus, algo que tiene mucha importancia para los científicos que buscan formas de combatirlo.

"Los científicos que investigan vacunas y curas necesitan saber la forma de las moléculas. Si lo ven en 3D, es más fácil saber cómo funcionan", explica Mindek.

Este experto en visualización de datos recuerda que el funcionamiento de las vacunas se basa en la interacción entre moléculas: "Cuando encajan físicamente, por su forma, pueden interactuar".

Pero Mindek destaca que tan importante como eso es la tarea de divulgación científica que supone mostrar al público cómo es el virus que está afectando a sus vidas.

"Todas las imágenes que aparecen en los medios son modelos. Queríamos llevar al público una imagen real del virus en 3D", cuenta.

Mindek compara esta imagen, que insiste es real y no una recreación, con la presentada de un agujero negro en abril de 2019, y que, como en este caso se realizó utilizando algoritmos para reconstruir los datos aportados, en ese caso, por varios telescopios.

Demuestran que tanto hombres como mujeres tienen el mismo de riesgo de sufrir un ictus


NUEVA YORK.- Un estudio llevado a cabo por investigadores del Geisinger Health System (Estados Unidos), y publicado en la revista 'Therapeutic Advances in Neurological Disorders', ha evidenciado que, pese a lo que hasta ahora se pensaba, las mujeres no tienen un mayor riesgo que los hombres de padecer un accidente cerebrovascular.

Varios estudios han sugerido que las mujeres se ven afectadas de manera desproporcionada por el accidente cerebrovascular y pueden tener peores resultados. Las mujeres tienen una esperanza de vida más larga que los hombres y, por lo tanto, es probable que tengan un mayor riesgo de sufrir un accidente cerebrovascular durante su vida.

Además, tienden a ser mayores que los hombres en el momento de sufrir un accidente cerebrovascular, así como un mayor grado de discapacidad o dependencia en sus actividades diarias, lo que puede contribuir a peores resultados. Las poblaciones rurales también pueden tener un mayor riesgo de accidente cerebrovascular debido a una mayor incidencia de afecciones como la hipertensión y la diabetes mal controlada.

Ante este escenario, los investigadores analizaron los datos de los registros médicos electrónicos de 8.900 pacientes que tuvieron un accidente cerebrovascular isquémico entre los años 2004 y 2019. En general, las pacientes tenían una tasa más alta de mortalidad por todas las causas después de un accidente cerebrovascular.

Sin embargo, después de controlar las comorbilidades, como la fibrilación auricular, la diabetes, la insuficiencia cardiaca y las enfermedades pulmonares o renales crónicas, las tasas de supervivencia para hombres y mujeres fueron iguales.

"Los resultados de nuestro estudio indican que las mujeres pueden tener una mortalidad bruta más alta después de un accidente cerebrovascular, pero que el sexo no es un factor de riesgo", han zanjado los investigadores.

Las células de memoria dan inmunidad seis meses después de la infección de covid


LONDRES.- Conocer la duración de la inmunidad al Covid-19 se ha convertido en uno de los principales objetivos de la comunidad científica mundial desde el inicio de la pandemia. La literatura sobre este aspecto es amplia, pero mayoritariamente se trata de preprints pendientes de evaluación, al menos hasta ahora. Y es que la revista Nature ha publicado este un nuevo artículo en el que determina una “evolución continua” de la inmunidad humoral más de seis meses después del contagio.

“Concluimos que la respuesta de las células B de memoria al SARS-CoV-2 evoluciona entre 1,3 y 6,2 meses después de la infección de una manera que es consistente con la persistencia del antígeno”, determina la investigación liderada por la Universidad de Rockefeller (Nueva York).

Para alcanzar estas conclusiones, los investigadores han analizado la respuesta inmune de tipo humoral en una cohorte de 87 individuos, evaluados 1,3 y 6,2 meses después de haberse contagiado con coronavirus: “Encontramos que los anticuerpos IgM e IgG disminuyen significativamente, mientras la IgA se ve menos afectada”. “Al mismo tiempo, la actividad neutralizante en plasma se quintuplica en los ensayos de virus pseudotipo y por el contrario el número de células B de memoria específica no se modifica”.

De este modo, la investigación concluye que las células B de memoria muestran un “recambio clonal” después de 6,2 meses y los anticuerpos que generan tienen “una mayor hipermutación somática, mayor potencia y resistencia a las mutaciones”. Este hecho indica, a su vez, “una evolución continua de la respuesta humoral”.

La investigación publicada en Nature dota de ‘autoridad’ una teoría, la de la duración de la inmunidad humoral, que se ha abordado en numerosas ocasiones durante los últimos meses. En ese sentido, otro estudio llevado a cabo por el Instituto de Inmunología de La Jolla (California) y la escuela de Medicina del Mont Sinai (Nueva York) ya apuntaron a la posibilidad de que la inmunidad humoral al Covid-19 durase “años, e incluso décadas”.