viernes, 25 de marzo de 2011

Los niveles elevados de los triglicéridos advierten del riesgo futuro de enfermedades cardiovasculares

Unos niveles elevados de triglicéridoslos pueden advertir de la presencia futura de diferentes enfermedades cardiovasculares y otras más graves como la pancreatitis, según han destacado diversos expertos en el marco del II Symposium Nacional de Hipertrigliceridemias organizado en Bilbao por la Sociedad Española de Arterioesclerosis (SEA).
   En este sentido, el doctor José María Mostaza, de la Unidad de Arterioesclerosis del Hospital Carlos III de Madrid, ha reconocido que "con frecuencia se asocian a otros factores de riesgo, como la obesidad, la diabetes o a tener un colesterol-HDL bajo".
   De hecho, las causas mas frecuentes de hipertrigliceridemia son la obesidad, el sedentarismo, el consumo de alcohol y la diabetes y, en menor medida, el consumo de determinadas medicinas, una dieta muy rica en grasas y en azúcares y las enfermedades del tiroides.
   El problema, como indica el doctor Mostaza, es que en una persona con triglicéridos altos, además de un mayor riesgo de enfermedades cardiovasculares, también puede aparecer una pancreatitis, una inflamación grave del páncreas que requiere ingreso hospitalario y puede llevar a la muerte.
   Para evitar esto, este experto aboga por abordar el tratamiento de la hipertrigliceridemia "calculando el riesgo cardiovascular global y el colesterol no-HDL".
   "Si éste está aumentado, se establece el tratamiento con una estatina y, tras ello, se añade si es necesario un fármaco para la reducción de la hipertrigliceridemia", añade el doctor Juan Ascaso, catedrático de la Universidad de Valencia.
   En caso de hipertrigliceridemia grave, deberá instaurarse siempre el tratamiento con un fármaco que disminuya los niveles de triglicéridos plasmáticos, para tratar el riesgo cardiovascular y el riesgo de pancreatitis.
   En este sentido, los ácidos grasos omega-3 de prescripción son unos hipertrigliceridemiantes potentes, bien tolerados, sin efectos secundarios y pueden asociarse a estatinas y a otros fármacos hipolipemiantes y no interaccionan con otros fármacos o alimentos.
   Además, tienen una nula interferencia farmacológica y ni se metabolizan en el hígado por la vía del citocromo y ni se eliminan por vía renal, por lo que "pueden ser utilizados en sujetos con hipertrigliceridemia y disminución de la función renal", añade el doctor Ascaso.
   Por su parte, el coordinador de la Unidad de Lípidos y Riesgo Vascular del Hospital de Bellvitge (Barcelona), Xavier Pintó, ha destacado que la coordinación entre la Atención Primaria y la hospitalaria es "fundamental" para lograr un control adecuado y a largo plazo de los pacientes con un exceso de triglicéridos.
   Así, reconoce que "estos pacientes requieren un seguimiento prolongado que contribuya a mantener unos hábitos de vida saludables y un peso corporal óptimo", para lo que "la Atención Primaria tiene el papel principal", mientras que el hospital desempeña una labor de carácter diagnóstico y terapéutico de las hipertrigliceridemias y las dislipemias mixtas.

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