lunes, 23 de septiembre de 2024

"El Virus (lo que no te contaron del SarS Cov 2)" / Dr. Juan Carlos López-Corbalán *

 


Hijo de una legendaria farmacéutica, Amelia Corbalán Belmonte, el autor de este atrevido y valiente ensayo literario-científico, Juan Carlos López-Corbalán (Murcia, España 1959), se doctoró en Medicina y Cirugía en la Universidad de Murcia y más tarde con 'cum laude' en Farmacia por la Universidad de Granada, hasta opositar a diplomado en Sanidad y ser el número 3 en pruebas selectivas nacionales. Como profesional ha sido en Alicante Jefe del Servicio de Inspección Farmacéutica y Control de Drogas, dependiente de la Administración General del Estado, así como médico del oficial Centro Internacional de Vacunación.
 
Ahora es miembro de la Academia de Ciencias de Nueva York. Y es la propia "Amazon" quien le ha editado y comercializa su libro "El Virus. (lo que no te contaron del Sars CoV 2)", que prueba que estamos ante una nueva eminencia científica española capaz de detectar, sintetizar, estructurar, clasificar, desvelar y saber divulgar lo que nunca se quiso que supiera la opinión pública mundial. Ya era autor de otros libros, entre ellos "Los crímenes de la cábala", alguno en colaboración con Pilar Vadillo Gamonal, su esposa y coautora.
 
Igual que la murciana Dra. Albarracín, Juan Carlos López-Corbalán rinde, con su talento y libertad de pensamiento científico, un gran servicio a la Humanidad con este volumen desde la mayor honestidad profesional que le permite repasar la virología mundial para hacer hincapié en la necesidad de una política de prevención de epidemias/pandemias en lugar de dejar en manos de la sociedad otra que pivote por contra sobre vacunaciones continuas, no para conjurar el virus sino para controlar ya el desarrollo de la enfermedad.
 
Trata el autor de presentar, tras desentrañar, todo lo que hubo a partir de noviembre de 2019 y no supimos, detrás de la aparición y propagación de este nuevo virus respiratorio en una remota ciudad china que, casualmente, albergaba un relevante laboratorio de pruebas biológicas muy cerca de varios hoteles y de un mercado de animales vivos, y que sirvieron para borrar el fallo de investigación en un edificio del Gobierno, cargándoles el origen a uno y la propagación a los otros.

Toda la obra no es sino la trazabilidad completa de la propagación de este virus desde China, la tardanza en abordar su combate (ante el prolongado silencio de 45 días sobre su existencia por el PPCh), los intentos frustrados de virólogos de todo el mundo de encontrar una fórmula rápida de doblegar la epidemia, el fracaso de novedosos fármacos y finalmente la aparición de supuestas vacunas sin las preceptivas pruebas de toxicidad a largo plazo que pudiesen evitar letales efectos secundarios con resultado de muerte y que alertó enseguida sobre la inconveniencia de las comercializadas por Astrazeneca y Moderna por los serios problemas cardiovasculares producidos en inoculados, generalmente jóvenes.
 
Libro de obligada lectura para médicos, farmacéuticos y biólogos avanzados en sus conocimientos, especialmente para aquellos menos humildes que, desde la ignorancia de lo que tenían en presencia, se atrevieron de forma temeraria a recomendar terapias de las que no tenían ni idea de sus efectos sobre la salud de lo que luego han resultado ser miles de muertos en todo el Mundo y bastantes en España por Covid 19, a diferencia de países como Corea del Sur o Taiwan con un 90% menos de letalidad por una respuesta eficaz adelantada. 

Muy crítico con la manera de tratar la pandemia por parte de las autoridades sanitarias españolas, hasta el punto de recomendar el concurso de los tribunales de justicia para depurar responsabilidades, "tarde y muy mal", incluso ocultando información a los profesionales sanitarios y al público cautivo, el autor no se arredra para señalar a los responsables finales por su nombre de tan nefasta gestión, sean políticos como el ministro de Sanidad o presuntos especialistas como el que, a diario salía en los medios en el papel, de "sabio" nacional mayor de la cuestión.

Un extracto del libro

"Han pasado casi 4 años desde el inicio de la Pandemia de Coronavirus que puso de rodillas al mundo, causó pérdidas en la economía mundial estimadas en 50 trillones de euros, afectó a 700 millones de personas y dejó una cifra de muertos entre 7 y 25 millones, dependiendo que fuentes tomes. Según el Johns Hopkins de Baltimore fueron “solamente” 6,8 millones (...)
 
Este libro no es para blandengues. Es hora del temor de Dios. O de que empiecen a hablar los Jueces y magistrados. De sentar en el banco a Koldo y Kompañía. Basta de manipulaciones, que lo fueron a todos los niveles, incluidos los científicos deshonestos como Peter Daszak (el CEO de Ecohealth Alliance, un biólogo como el Doctor Bacterio, de Francisco Ibáñez; con el sesgo de haber hecho trabajitos para el PCCH durante los últimos 15 años), el Dr. Gao (el jefe del CDC chino, que presuntamente, retrasó la distribución de la información sobre el genoma más de 12 días, y que, una vez más, presuntamente, nunca colaboró en exceso con la OMS).
 
La autoridades se dedicaron a perder el tiempo durante 45 días vitales (desde India se vendió en esos meses toneladas de algodón y otras materias primas a China y las fábricas chinas empezaron a hacer mascarillas a toda velocidad; eso debería haber encendido alguna luz roja en las altas esferas de nuestro Ministerio de Sanidad o en el Centro de Alertas y Emergencias. Pero no, no lo vieron venir. La gestión de la pandemia en España fue caótica. 
 
Hubo países como Corea del Sur, Japón o Singapur donde la pandemia hizo poco daño porque sus autoridades empezaron a ponerse las pilas desde el minuto uno. En concreto en Corea del Sur, con una población similar a la de España (50 millones de coreanos frente a 47 millones de españoles) la mortalidad fue 10 veces superior en España. No por casualidad, sino porque sus autoridades habían aprendido la lección del SARS con 1 de 2003 y tenían los protocolos sanitarios, la decisión política de evitar una masacre y el sentido común de adoptar medidas cautelares. 
 
Otro tanto pasó con Taiwán (Formosa para los que peinamos canas), donde sus autoridades INMEDIATAMENTE cerraron los vuelos con China y la Pandemia llegó muy atenuada comparado con Italia o España.

El servicio de Alertas y Emergencias español estaba dirigido por un menda feliz que sería incapaz de dirigir a un desfile de tullidos. Se sabia era un corona, despues de 12 dias en los que China se negó a proporcionar el genoma, hasta el 11 de Enero de 2020, pero lo tenían secuenciado desde el 27 de diciembre del 2019".
 
(*) Médico y farmacéutico
 

lunes, 9 de septiembre de 2024

Científicos, molestos porque la propaganda de la vacuna COVID ya no funciona

 

LONDRES.- Los miembros del público ya no prestan atención a las "recomendaciones" sobre vacunas y otros métodos de prevención contra el COVID-19, lo que ha generado malestar entre los expertos en enfermedades infecciosas, cuatro años después de la pandemia de coronavirus.

Un informe del periódico de tendencia izquierdista The Guardian revela que los expertos en enfermedades infecciosas expresan su preocupación por el hecho de que el COVID-19 continúa representando una amenaza significativa para la población. 

Además, enfatizan la importancia de que las personas se vacunen con refuerzos cada vez que se presente la oportunidad.

El informe destaca que, según los expertos en enfermedades infecciosas, muchas personas en Estados Unidos no están tomando con la seriedad necesaria la última ola de Covid-19. A pesar de una ola de verano más intensa y anticipada, se observa que no se están vacunando ni utilizando medicamentos antivirales al enfermarse.

Según los epidemiólogos, aunque los síntomas de esta ola son menos severos que los de cepas anteriores, el virus continúa representando un riesgo, sobre todo para las personas mayores y aquellos con condiciones de salud preexistentes.

Los funcionarios de salud pública recomiendan a las personas que se apliquen un refuerzo de inmediato, salvo que hayan contraído Covid recientemente; en tal caso, se sugiere esperar entre tres y cuatro meses. 

Además, se aconseja realizarse una prueba rápida si presentan síntomas. En caso de dar positivo por Covid, es importante consultar a los médicos sobre las opciones de tratamientos antivirales.

Varios expertos en enfermedades infecciosas son citados en el artículo, incluyendo a Jennifer Nuzzo, quien es epidemióloga y directora del Centro de Pandemias de la Facultad de Salud Pública de la Universidad de Brown; Justin Lessler, profesor de epidemiología en la Universidad de Carolina del Norte; y Bill Hanage, epidemiólogo en la Escuela de Salud Pública TH Chan de Harvard.

Un grupo de expertos, que en su momento promovieron erróneamente las ventajas del uso de mascarillas y desestimaron la posibilidad de efectos secundarios graves de las vacunas contra el COVID-19, ahora exhorta a la población a considerar el virus con mayor seriedad.

El periódico de centroderecha The Telegraph reconoció recientemente que "las vacunas contra el Covid pueden haber ayudado a impulsar el aumento del exceso de muertes", mientras que The Guardian exhorta a la población a continuar recibiendo las inyecciones de COVID.

Los amplios reportajes de The Gateway Pundit han puesto de manifiesto, en varias ocasiones, los posibles efectos secundarios y la ineficacia de las vacunas COVID, así como los métodos totalitarios que intentaron imponer al pueblo estadounidense el régimen de Biden y los funcionarios demócratas, lo cual se refleja en tales titulares.

El médico español que cambió la historia de la Humanidad con una épica misión sanitaria



MADRID.- La Medicina ha acumulado decenas de protagonistas que, con sus contribuciones, lograron cambiar al ser humano para siempre. Descubrimientos, avances tecnológicos o, como en este caso, decisiones altruistas que hicieron que nada fuera nunca más lo mismo. Es la oportunidad seguida por un médico español, nacido en Alicante (España), y que logró dar un vuelco al rumbo de la Humanidad.

Hablamos del doctor Francisco Javier de Balmis y Berenguer, quien además era cirujano militar español y botánico. Su nombre estará relacionado para siempre con la vacuna de la viruela. Pese a que no fue él su descubridor, sino Edward Jenner, este médico alicantino logró hacer algo inaudito. 

De Balmis, una vez acabados sus estudios, entró en el Hospital Militar de Alicante, en el cual se desarrollaría como un excelente cirujano. En 1775 marchó con el general conde Alejandro de O'Reilly, ordenados por Carlos III y desde entonces fue aumentando sus capacidades y acumulando méritos en sus diferentes misiones.

Su vida cambió a finales de siglo, y es que una vez graduado en la Real Universidad de Toledo, consiguió que Carlos IV aceptara enviar una expedición a América y Asia para así propagar la recién descubierta vacuna de la viruela. En 1803, la Real Expedición Filantrópica de la Vacuna, con Balmis a la cabeza, partió para cumplir con su misión.

A su llegada a algunas de las recónditas regiones, muchos no le hacían caso y las autoridades no estaban por la labor de colaborar. Ya en 1810, con la misión ya avanzada, regresó para comprobar la evolución y constatar que, efectivamente, se estaba suministrando con éxito.

En sus últimos años de vida fue reconocido y homenajeado por su labor y logros alcanzados a lo largo de su carrera y, por ello, es considerado hoy en día como uno de los médicos más importantes de la historia de la Humanidad.

Según el Foro Económico Mundial, el COVID-19 fue una prueba de obediencia pública al Nuevo Orden Mundial


DAVOS.- La reciente revelación del Foro Económico Mundial (WEF, por sus siglas en inglés) ha suscitado controversia al insinuar que la pandemia de COVID-19 funcionó como un experimento para evaluar el grado de cumplimiento del público con lo que ellos denominan un "Nuevo Orden Mundial".

A través de una publicación en la página "My Carbon" del WEF, se reveló esta sorprendente admisión, en la que se aborda el concepto de ciudades inteligentes de 15 minutos. La propuesta de estas ciudades busca la conveniencia y la sostenibilidad, pero plantea la pregunta: ¿a qué precio?

El WEF afirma de manera directa que la pandemia de COVID-19 sirvió como un indicador de la obediencia del público a regulaciones extremas. 

En su publicación, se sostiene que la aceptación mundial de medidas tales como el distanciamiento social, el uso de mascarillas y las campañas masivas de vacunación se interpretó como una demostración de "responsabilidad social". 

La conformidad de miles de millones de personas, según el WEF, evidencia la solidez de la responsabilidad colectiva.

Sin embargo, los críticos sostienen que el verdadero objetivo no era únicamente la salud, sino más bien el control.

Las restricciones impuestas durante la COVID-19 generaron en muchas personas interrogantes que trascendían las preocupaciones relacionadas con la salud. ¿Por qué se autorizó a los consumidores a adquirir productos en grandes cadenas como Lowe's o Home Depot, mientras que las pequeñas empresas y las iglesias fueron consideradas inseguras? 

¿Cómo es que en ciertos estados los clubes de striptease pudieron seguir funcionando, mientras que la población no tenía acceso para comprar semillas para sus jardines?

Las crecientes sospechas surgieron a raíz de estas inconsistencias, sugiriendo que el objetivo real iba más allá de la salud pública y se alineaba con una agenda más amplia y autoritaria.

El mensaje del WEF sugiere que, para alcanzar un futuro "sostenible", es necesario que las sociedades se adapten y sigan las nuevas normas de un orden global. Esto implica una disminución en la cantidad de cuestionamientos y un aumento en la obediencia incondicional. 

No cuestiones el porqué. No pongas en duda la lógica. Simplemente actúa conforme a lo establecido.

A lo largo de la pandemia, diversas reglas fueron percibidas como arbitrarias e incluso absurdas. Algunas personas recibieron con escepticismo el requisito de mantener una distancia de seis pies, el uso de máscaras y la aceptación de vacunas basadas en ARNm. 

Críticos argumentaron que estas medidas parecían más bien instrumentos para evaluar la disposición del público a obedecer que verdaderos esfuerzos destinados a salvaguardar la salud.

El Dr. Anthony Fauci, reconocido como una de las figuras clave en la respuesta a la pandemia en EE. UU., reconoció que la recomendación de mantener un distanciamiento social de seis pies carecía de fundamentos científicos sólidos. 

A pesar de esto, millones decidieron seguirla, ya que cuestionar a las autoridades frecuentemente conllevaba el riesgo de ser excluido socialmente, perder el empleo o ser estigmatizado como un teórico de la conspiración.

La admisión del WEF, casi cinco años después del inicio de la pandemia, suscita interrogantes inquietantes. ¿Realmente fuimos solo participantes en un experimento global? 

Según el WEF, la respuesta es afirmativa. Se estaban evaluando cuántos de nosotros estaríamos dispuestos a renunciar a nuestras libertades personales a cambio de una "nueva normalidad". 

Para quienes operan tras bambalinas, los resultados podrían considerarse un éxito.

Según la perspectiva del público, la prueba fue reprobada por algunos, mientras que otros la consideraron un gran éxito al mostrar su disposición a aceptar "restricciones inimaginables" sin plantear preguntas.

La aparente carencia de justificación científica para muchas de las restricciones impuestas durante la pandemia es uno de los aspectos más alarmantes de todo este episodio. El Foro Económico Mundial, por su parte, admitió que numerosas medidas carecían de respaldo científico o tenían muy poco.

La preocupación se intensifica al considerar que algunas de las figuras más prominentes en la gestión de la pandemia, como el Dr. Fauci, reconocieron que ciertas medidas, como el distanciamiento social, estaban más relacionadas con la conformidad del público que con la salud pública. 

Esta revelación ha llevado a muchos a dudar sobre la verdadera necesidad de las restricciones impuestas y si, en realidad, solo sirvieron como un medio para evaluar nuestra obediencia.

¿Para qué contar con enemigos de otros países si ya tenemos a nuestros propios ciudadanos?

El desarrollo de ciudades de 15 minutos es parte de la visión futura del WEF, donde todos los servicios esenciales estarían accesibles a una distancia de 15 minutos caminando o en bicicleta. 

Aunque la propuesta sugiere conveniencia y sostenibilidad, surge la inquietud sobre si esto podría ser simplemente otra forma de control. En última instancia, estas "ciudades inteligentes" implicarían que los ciudadanos se ajustaran a un nuevo conjunto de normas, las cuales podrían no favorecer las libertades individuales.

Con el avance de la visión del WEF hacia un futuro sostenible, es evidente que la obediencia se mantendrá como un pilar fundamental de su agenda. Surge entonces la interrogante: ¿qué tan lejos estamos dispuestos a ir en pro de la sostenibilidad? Además, es crucial preguntarse cuánta libertad estamos dispuestos a renunciar en este camino.

La pandemia de COVID-19 se convirtió en una prueba de voluntad, además de ser una crisis de salud. La reciente revelación del WEF indica que estaban monitoreando atentamente la obediencia de las personas ante "restricciones inimaginables". 

Con la finalización de esta prueba, los resultados son evidentes: muchos cumplimos con lo esperado, y esto podría ser justo lo que anticipaban.

El futuro plantea un desafío: ¿seguiremos en este camino de obediencia o empezaremos a poner en duda la autoridad que respalda las restricciones?

 Con la mirada puesta en el futuro, el WEF deja en manos del público la decisión de si desea continuar o luchar por sus libertades.