jueves, 3 de marzo de 2011

Un fármaco para el cáncer colorrectal podría detener la forma más agresiva de cáncer de próstata

Un fármaco ya existente para el cáncer colorrectal y el cáncer de cabeza y cuello podría detener la forma más agresiva de cáncer de próstata, según sugiere un estudio del Centro de Patología Translacional de la Universidad de Michigan en Ann Arbor (Estados Unidos) que se publica en la revista 'Science Translational Medicine'. Los descubrimientos, realizados en ratones, allanan el camino para que este fármaco, llamado cetuximab, sea evaluado en pacientes con cáncer de próstata.
   El cetuximab funciona al bloquear una proteína llamada EGFR, que podría unirse directamente a SPINK1 en hombres que producen altos niveles de la proteína. En los países occidentales, el cáncer de próstata es el cáncer más frecuente en los hombres; además, una tercera parte de todos los casos de cáncer de próstata son agresivos y de desarrollo rápido. El diagnóstico y tratamiento precoces son factores clave en la mejora de la supervivencia.
   Los investigadores, dirigidos por Bushra Ateeq, muestran que el bloqueo de una proteína llamada SPINK1, que se expresa en niveles elevados en aproximadamente el 10 por ciento de los pacientes de cáncer de próstata, puede reducir el crecimiento del cáncer en ratones.
   Los autores explican que SPINK1 tiene una ventaja sobre otros objetivos contra el cáncer dado que se encuentra fuera de las células y por ello podría ser más fácil de alcanzar por los agentes terapéuticos.
   Primero, los científicos mostraron que la desactivación de la expresión del gen SPINK1 en los ratones disminuía la división de las células cancerígenas y el crecimiento del tumor. Al examinar con más detalle estos procesos, los investigadores descubrieron que SPINK1 funciona a través de sus interacciones de señalización con un receptor de la superficie celular llamado EGFR, y que el fármaco cetuximab que bloquea EGFR puede detener el crecimiento del tumor de próstata en los ratones.
   En conjunto, estos descubrimientos sugieren que SPINK1 podría ser una nueva diana para la forma potencialmente letal de cáncer de mama.

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