viernes, 20 de mayo de 2011

Las dietas enriquecidas con ácidos grasos saturados alteran el hígado

El profesor de la división de Ciencias Nutricionales de la Universidad de Nottingham (Reino Unido) Andrew Salter ha afirmado en Pamplona que "las dietas enriquecidas con ácidos grasos saturados alteran la expresión genética en el hígado".

   Andrew Salter ha inaugurado la I Semana de la Nutrición en la Universidad de Navarra con un taller sobre genética y obesidad. Según el especialista, dicha alteración podría ser la base de los efectos adversos de estos ácidos sobre el colesterol plasmático o colesterol en sangre.
   "Hace tiempo que sabemos que los ácidos grasos poliinsaturados tienen efectos potentes sobre la expresión génica. En particular, sobre las enzimas implicadas en la síntesis de ácidos grasos. Sin embargo, los estudios 'in vivo' que estamos realizando nos van a permitir conocer los mecanismos que producen estos cambios", ha afirmado.
   Respecto a la alimentación de la madre y la influencia que tendrá en la salud de su hijo, Andrew Salter ha aclarado que tanto la desnutrición -en particular ingerir pocas proteínas-, como la obesidad y el consumo excesivo de nutrientes, "pueden aumentar la susceptibilidad de los descendientes a sufrir una serie de enfermedades crónicas, como la obesidad, la diabetes o las enfermedades cardiovasculares".
   En este sentido, el especialista ha confirmado que están empezando a conocerse los mecanismos subyacentes en estos efectos. "Los cambios en la estructura química del AND -estudiados por la Epigenética- podrían permitirnos diseñar intervenciones dietéticas capaces de revertir este tipo de programación genética, para evitar que suframos las enfermedades a las que parecemos estar destinados", ha explicado.
   Por otro lado, el experto, invitado a esta I Semana de la Nutrición de la Universidad de Navarra, ha hecho hincapié en el trabajo que desarrolla con su equipo para alterar los ácidos grasos en alimentos como carne y leche.
   "Cuando descubramos cómo modificar la composición de esos ácidos grasos -aclara Salter- podríamos evitar los efectos dañinos de ciertos alimentos en el desarrollo de enfermedades cardiovasculares. No estaríamos hablando de obtener nuevos alimentos enriquecidos con principios activos, sino de mejorar los alimentos habituales para evitar sus efectos adversos", ha destacado.

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