jueves, 4 de agosto de 2011

Una vida saludable no garantiza la longevidad

Las personas longevas, con más de 95 años, no han llevado necesariamente una vida más saludable que los demás en cuanto a hábitos como dieta ejercicio, tabaco o alcohol, de acuerdo con un equipo de investigadores del Albert Einstein College of Medicine de la Universidad Yeshiva (EE.UU.).

Los hallazgos de este estudio, publicados en Journal of the American Geriatrics Society, sugiere que la «nature o naturaleza» (los genes) puede ser más importante que la «narture » (estilo de vida) cuando se trata de vivir una larga vida.
El equipo de Nir Barzilai realizó su investigación en 477 personas de raza judía Ashkenazi mayores de 95 años de edad, la mayoría mujeres (75%). Todos ellos forman parte del Proyecto Genes de Longevidad de Einstein, un estudio que busca comprender por qué los centenarios viven tanto tiempo.
A los 70 años
Los investigadores preguntaron a todos los participantes acerca de sus estilo de vida cuando tenían 70 años, edad considerada representativa del estilo de vida que había seguido la mayor parte de su vida adulta. Los participantes del estudios respondiendo a preguntas relacionadas con su peso, estatura, de modo que se pudo calcular su índice de masa corporal (IMC). También proporcionaron información sobre su consumo de alcohol, de tabaco, actividad física, y si habían seguido una dieta baja en calorías, baja en grasa o dieta baja en sal.
Para comparar los datos de estos individuos longevos con la población en general, los expertos utilizaron los datos de 3.164 personas que habían nacido aproximadamente en las mismas fechas que los centenarios y que había sido examinados entre 1971 y 1975 durante su participación en la Encuesta Nacional de Salud y Nutrición.
En general, los resultados mostraron que las personas con una longevidad excepcional no tenían hábitos más saludables que las personas con las que fueron comparadas en términos de índice de masa corporal, tabaquismo, actividad física o dieta. Por ejemplo, dicen los autores del estudio, el 27% de las mujeres de edad avanzada y un porcentaje similar de las mujeres en la población general siguió una dieta baja en calorías. Entre los varones longevos, el 24% dijo consumir alcohol a diario, frente al 22% de la población general. Y sólo el 43% de los varones centenarios realizaba ejercicio de intensidad moderada de forma regular, en comparación con el 575 de los varones del otro grupo.
«Estudios previos realizados en personas centenarias ya se habían identificado variantes genéticas que tienen efectos particulares sobre la fisiología de cada persona, como por ejemplo haciendo que los niveles de HDL o colesterol bueno sean significativamente elevados», explica Barzilai. En su opinión, el estudio sugiere que los centenarios pueden poseer genes adicionales que ayudan a la longevidad y amortiguan los efectos nocivos de un estilo de vida poco saludables.
A riesgo de dar un mensaje equivocado, el autor del trabajo subraya que si bien los genes de la longevidad puede proteger a los centenarios de los malos hábitos, llevar un estilo de vida saludable sigue siendo fundamentales para la gran mayoría de la población. « Aunque este estudio demuestra que los centenarios pueden haber sido obesos, fumar y ser sedentarios, los hábitos de vida son la mejor opción para la mayoría de nosotros que no tenemos antecedentes familiares de longevidad».
Los investigadores también consultaron a los participantes por qué creían que había vivido tanto tiempo. La mayoría no atribuye su avanzada edad a factores relacionados con su estilo de vida. Un tercio tenía antecedentes de longevidad de su familia, mientras que el 20% consideraba que la actividad física también juega un papel importante en su vida útil. Otros factores que puede influir, dijeron puede ser tener una actitud positiva (19%), llevar una vida activa (12%), no consumir tabaco y alcohol (15%), la buena suerte (8%), y la religión o la espiritualidad (6%).
Con un objetivo similar ha nacido el Programa Renace, un estudio sobre personas de longevidad extrema que se va a realizar a nivel nacional con la Sociedad Española de Médicos Generales y de Familia y que está dirigido por el del Servicio de Medicina Preventiva del Hospital Carlos III de Madrid.
La investigación busca conocer el estado de salud de los centenarios y los factores que favorecen la longevidad. Según su coordinador, Juan Martínez Hernández, el programa permitirá realizar análisis sobre los determinantes de la longevidad. «Es decir, permitirá describir el estado de salud de los centenarios y conocer alguno de los factores que la favorecen, desde aspectos epidemiológicos, como los relacionados con la geografía, el clima, la dieta y los estilos de vida, hasta aspectos genéticos, que puedan predisponer a la longevidad. Además, se buscarán las claves para alcanzar esa extrema longevidad con calidad de vida, es decir, cómo prolongar la vida libre de enfermedad».
El objetivo final del programa es intentar aportar alguna explicación al fenómeno de la longevidad extrema, que permita mejorar la salud de las personas de cualquier edad.

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