viernes, 18 de noviembre de 2011

La resonancia magnética ofrece pocos beneficios a las mujeres con cáncer de mama

El uso de la resonancia magnética (RM) para la detección del cáncer de mama y guiar las decisiones sobre el tratamiento va en aumento, a pesar de poca evidencia existente sobre sus beneficios, según un estudio publicado en 'The Lancet Series'.

   Los resultados muestran que, aunque la RM es una herramienta valiosa para las mujeres con riesgo genético de padecer cáncer de mama, hay pocas pruebas que apoyen su uso en mujeres de la población general, o que confirmen que su uso de rutina antes de una cirugía conservadora de mama mejora la selección de los pacientes, reduce las intervenciones quirúrgicas, o reduce el riesgo de recurrencias locales del cáncer.
   La RM, en los últimos años, ha sido ampliamente adoptada en la práctica clínica, basándose en la suposición de que ofrece una mayor sensibilidad en la detección del cáncer. En este trabajo, Monica Morrow del Memorial Sloan-Kettering Cancer Center de Nueva York, en EE.UU., y sus colaboradores, realizaron un análisis de esta creencia.
   Existen pruebas suficientes de que la resonancia magnética es una herramienta de detección beneficiosa en mujeres con alto riesgo de cáncer de mama debido a su historia familiar o a una mutación genética, y que puede identificar con precisión los tumores que no se perciben con una mamografía o con ultrasonido. Sin embargo, poco se sabe acerca de sus beneficios en la supervivencia.
   Según los autores, no hay evidencia de que este aumento de la sensibilidad se traduzca en un mejor tratamiento quirúrgico o cuando se utiliza para evaluar a una mujer antes de la cirugía;  los datos disponibles no apoyan la idea de que la resonancia magnética mejore la selección de pacientes para realizar una cirugía conservadora de seno o que aumente la probabilidad de obtener márgenes negativos en la extirpación quirúrgica inicial.
   Las investigaciones sugieren que la RM es más fiable que los exámenes tradicionales (exploración física, mamografía y ecografía) en la evaluación de la extensión de la enfermedad residual después de la quimioterapia preoperatoria; pero no que esto resulte en una mejor capacidad de selección de pacientes adecuadas para la cirugía conservadora de la mama.
   Los autores concluyen que, en última instancia, el verdadero valor de la RM podría radicar en su capacidad para predecir el comportamiento biológico, en lugar de cuantificar la enfermedad de bajo volumen. Los cambios tempranos en el metabolismo intracelular que son detectables por espectroscopia de resonancia magnética parecen ser predictivos de la respuesta al tratamiento y, si esto se confirma en estudios más amplios, podrían evitar la toxicidad y el costo de la continuación de un régimen de quimioterapia no beneficioso.

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