La esclerosis múltiple (EM) puede progresar desde las capas más externas del cerebro a sus partes más profundas, y no siempre de "dentro hacia fuera" como se pensaba anteriormente, según un nuevo estudio llevado a cabo por investigadores de la Cínica Mayo y la Clínica Cleveland, en Estados Unidos.
Tradicionalmente, se ha pensado que la enfermedad comienza en la sustancia blanca que forma la mayor parte del interior del cerebro, y se extiende hasta las capas superficiales, la corteza. Sin embargo, los resultados del nuevo estudio apoyan un proceso que se origina en el espacio subaracnoideo, lleno de líquido cefalorraquídeo que amortigua la parte exterior del cerebro y la corteza. El estudio ha sido publicado en el 'New England Journal of Medicine'.
Los investigadores no saben exactamente qué causa la esclerosis múltiple, pero se cree que es una enfermedad autoinmune, en la cual el sistema inmunológico del cuerpo ataca y destruye su propia mielina; esta sustancia grasa rodea y protege a los axones -las proyecciones de las células nerviosas que llevan la información- y su daño ralentiza o bloquea los mensajes entre el cerebro y el cuerpo, dando lugar a los síntomas de la EM, que pueden incluir ceguera, entumecimiento, parálisis y problemas de memoria.
"Nuestro estudio muestra que la corteza está implicada desde el principio en la EM, y puede incluso ser el objetivo inicial de la enfermedad", afirma Claudia F. Lucchinetti, coautora principal del estudio y neuróloga en la Clínica Mayo.
Los autores del estudio opinan que las opciones terapéuticas actuales no pueden abordar los problemas asociados con la corteza, aunque un mayor conocimiento para su tratamiento es fundamental para crear nuevas terapias para la EM. "La pruebas de daño cortical mejorarán enormemente el poder de los ensayos clínicos para determinar si los nuevos medicamentos para el tratamiento de la EM actúan en todas las regiones del cerebro", explica el coautor Richard Ransohoff, neurólogo de la Clínica Cleveland. Estas medidas son importantes porque la enfermedad se acumula en la corteza cuando pasa el tiempo, y la inflamación de la corteza es un signo de que la enfermedad ha progresado.
La investigación se centró en tejidos cerebrales de pacientes en las primeras fases de la EM, "este estudio ofrece una vista poco común de la esclerosis múltiple temprana", afirma el doctor Timothy Coetzee, Jefe de Investigación de la Sociedad Nacional de Esclerosis Múltiple, quien agrega que "los estudios de este tipo, que profundizan en nuestra comprensión de los daños en el sistema nervioso, ofrecen nuevas oportunidades para frenar la progresión de la EM y mejorar la calidad de vida de los enfermos".
Los resultados apoyan la teoría de que la EM es fundamentalmente una enfermedad inflamatoria, no neurodegenerativa, como algunos estudios han sugerido recientemente.
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