Científicos de la Universidad de Duke, en
Estados Unidos, han conseguido transformar el tejido cicatrizal que se
forma después de un ataque al corazón, en células del músculo cardíaco,
usando un nuevo proceso que elimina la necesidad del trasplante de
células madre.
El estudio, publicado en la revista 'Circulation Research', usó
moléculas -llamadas microARN- para desencadenar la conversión del tejido
cardíaco, en un plato de laboratorio y, por primera vez, en un ratón
vivo, lo que demuestra el potencial del sencillo proceso para la
regeneración de tejidos.
Si estudios adicionales confirman este enfoque en células humanas,
éste podría dar lugar a una nueva forma de tratar a los 23 millones de
personas en todo el mundo que sufren insuficiencia cardíaca -a menudo
causada por el tejido cicatrizal que se desarrolla después de un ataque
al corazón. Además, el enfoque también podría tener beneficios más allá
de las enfermedades del corazón.
"Este es un hallazgo significativo, con muchas implicaciones
terapéuticas", afirma Víctor J. Dzau, autor principal del estudio, y
profesor de Medicina en la Universidad de Duke. "Si podemos hacer esto
en el corazón, podremos hacerlo en el cerebro, los riñones y otros
tejidos", añade el investigador.
Para iniciar la regeneración, el equipo de Dzau utilizó los
microARN, que son moléculas que actúan como reguladores, y controlan la
actividad de múltiples genes. Los microARN fueron depositados en células
-llamadas fibroblastos- del tejido cicatrizal. Una vez desplegados, los
microARN reprogramaron los fibroblastos para convertirlos en células
similares a los cardiomiocitos -que forman el músculo del corazón. El
equipo de Duke no sólo demostró este concepto en el laboratorio, sino
que también probó que la conversión de células puede ocurrir en el
interior del cuerpo de un ratón.
Los investigadores afirman que utilizar los microARN para la
regeneración de tejidos tiene varias ventajas potenciales sobre los
métodos genéticos, o el trasplante de células madre, que han sido
difíciles de manejar en el interior del cuerpo. Cabe destacar que el
proceso de microARN elimina los problemas técnicos, como alteraciones
genéticas, al mismo tiempo que evita los dilemas éticos planteados por
las células madre.
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