El sobrediagnóstico de la malaria en Asia
meridional y central desperdicia medicamentos y causa problemas de
salud, según una nueva investigación, llevada a cabo por la Escuela de
Londres de Higiene y Medicina Tropical, y publicada en el 'British
Medical Journal'. Con más de dos millones de personas en situación de
riesgo en esta parte de Asia, el sobrediagnóstico de la enfermedad se ha
convertido en un problema importante de salud pública.
La malaria sigue siendo una de las enfermedades infecciosas más
importantes en zonas deprimidas. Las recientes guías globales de
tratamiento de la malaria recomiendan que los pacientes sean tratados
con medicamentos contra la malaria, sólo cuando una prueba de
diagnóstico identifique positivamente parásitos de la malaria en la
sangre del paciente. En África, sin embargo, muchos pacientes son
tratados por la malaria, incluso cuando la prueba del parásito es
negativa, dando lugar a otras infecciones graves. Sin embargo, hasta el
momento, la magnitud de este problema en el sur y centro de Asia era
relativamente desconocida.
Ahora, un equipo de investigadores ha evaluado el diagnóstico y
tratamiento del paludismo, en más de 2.300 pacientes con sospecha de
malaria, en 22 clínicas en el norte y el este de Afganistán. Algunas de
estas clínicas utilizan el diagnóstico microscópico, mientras que otras
se basan solo en los signos clínicos y en los síntomas para diagnosticar
la malaria.
En la nueva investigación, se tomaron muestras de sangre de cada
paciente, y se comprobó si daban positivo o negativo para la malaria.
Este resultado de referencia se comparó, posteriormente, con el
resultado del diagnóstico en las clínicas, y el tratamiento dado a cada
paciente.
En las clínicas donde el diagnóstico clínico para la malaria es
poco frecuente, el 99% de los pacientes sin malaria recibieron un
fármaco contra la malaria, y uno de cada 10 (11%) recibió un
antibiótico. Por otro lado, en las clínicas donde se diagnostica la
malaria mediante microscopía de reciente introducción, el 37% de los
pacientes con pruebas negativas recibieron un fármaco contra la malaria,
y el 60% un antibiótico, mientras que en las clínicas con microscopía
establecida, el 51% de los pacientes negativos recibió un fármaco contra
la malaria, y el 27% un antibiótico.
En comparación con el diagnóstico clínico, la microscopía mejora
la focalización de los medicamentos contra la malaria -pero sólo en un
50%- y aumenta la prescripción de antibióticos.
Según los autores, el mal diagnóstico y el tratamiento inadecuado
se debe, en partes iguales, a las microscopías inexactas, y a la
tendencia de las clínicas a administrar tratamientos con medicamentos
contra la malaria, aun cuando el resultado es negativo. Los resultados
son comparables a los resultados procedentes de África, lo que confirma
que el diagnóstico inexacto de la malaria es un problema mundial.
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