Miembros del Instituto de Investigación en
Ingeniería de Aragón (Universidad de Zaragoza), coordinado por el
profesor José Javier Marín, han diseñado el sistema 'Move&Reach para
la evaluación de la capacidad funcional', que valora el grado de las
lesiones producidas tras un accidente.
La herramienta, cuya investigación ha sido recogida por la
plataforma Sinc, permite definir la capacidad funcional de un sujeto y
el grado de operatividad con el que puede realizar las actividades de su
vida diaria, así como determinadas actividades dentro del ámbito
laboral.
El sistema ha sido realizado en colaboración con el Instituto de
Medicina Legal de Aragón (IMLA) y el Instituto de Ergonomía de Mapfre
(INERMAP), y podrá determinar el grado de disminución de la capacidad
funcional de un individuo tras sufrir un accidente. Con este informe,
los forenses a cargo de la investigación obtendrán una base matemática y
un método para sustentar su valoración en un juicio a la hora de
determinar posibles indemnizaciones.
Asimismo, ha sido patentado por la Universidad de Zaragoza el
pasado mes de marzo, y diseñado por profesores del Grupo de
Investigación y Desarrollo en Ergonomía (IDERGO). La institución
académica ha firmado además un contrato de licencia con la Sociedad de
Prevención de FREMAP, para explotar en exclusiva dicha patente.
En concreto, el dispositivo comprende un sistema de captura de
movimiento tridimensional del sujeto mediante sensores distribuidos por
su cuerpo y otro de registro de la actividad muscular del sujeto. Por
ello, puede ser aplicado en distintos campos, dado que permite la
valoración del daño corporal en relación a la limitación de movilidad en
las diferentes articulaciones, a efectos de clasificar el grado de
discapacidad temporal o permanente.
Además, puede estudiar la evolución del paciente antes y después
de un tratamiento. También es útil a la hora de discriminar entre
enfermo-sano y potencialmente simulador. Y es que, la técnica
proporciona información sobre la repetibilidad de la prueba, muy útil
para conocer el grado de colaboración del paciente a partir de los
límites máximos angulares alcanzados en cada uno de los movimientos
realizados.
Por último, ayuda también a la adaptación de puestos de trabajo,
de tal manera que se podrá medir la capacidad funcional del trabajador y
compararla con las demandas de su actividad laboral. Esto permitirá a
prevenir lesiones y propiciar la adopción de mejoras en su puesto de
trabajo.
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