La falta de aseo en los ancianos es un factor
que puede contribuir, "junto a otros", a que aparezcan problemas
importantes de salud como las ulceras, tal y como ha asegurado la miembro del Equipo de Soporte de Atención Domiciliaria (ESAD)
de la Consejería de Salud de la Comunidad de Madrid, la enfermera Eva
Sanz.
A su juicio, la formación de estas infecciones se produce por una
"causa multifactorial", en la que intervienen la escasa higiene, las
enfermedades orgánicas y la inmovilidad. Por ello, apuesta porque estas
personas estén bien aseadas, y es que, además de ser un factor de riesgo
si no se practica, el aseo "ayuda a la detección precoz de problemas de
la piel".
En el caso de que la persona mayor no se encuentre en unas
condiciones higiénicas aceptables, ésta puede padecer "piel seca o
macerada, pliegues con infecciones fúngicas y problemas en la boca",
también causados por una infección, sostiene Sanz. En cuanto a las zonas
de apoyo, la enfermera subraya que deben ser vigiladas, ya que es una
zona susceptible de aparición de úlceras.
Éstas pueden ser de índole vascular, que tienen su lugar de
aparición en las extremidades, o causadas por la presión, y sus
consecuencias "pueden ser importantes", indica. Así, y como ejemplo,
expone que los diabéticos deben tener especial cuidado, ya que pueden
padecer úlceras arteriales.
Por ello, Sanz manifiesta que es necesario durante el aseo
"vigilar bien los pliegues y utilizar productos de barrera, secar
adecuadamente la piel e hidratar en zonas afectadas". Además, ante
determinados problemas se debe advertir al profesional sanitario.
De cualquier forma, señala que, "en ocasiones, no hace falta
ducharse todos los días", algo que considera que "depende de la
situación del anciano". Lo que sí se recomienda que se higienice de
manera diaria es la cara y los genitales, pero el resto del cuerpo "se
puede programar varios días a la semana".
De este modo, afirma que hay partes del cuerpo a las que hay que
ofrecer un "especial" cuidado, como son "las uñas, el cabello, los pies y
la boca".
"Yo no haría tanto una recomendación en cuanto a la
frecuencia, pero sí en que el cuidado fuera adecuado", explica al
respecto al tiempo que señala que el cortado de las uñas y el lavado del
cabello deben hacerse una y dos veces a la semana, respectivamente.
En cuanto a la explicación que encuentra en que algunas personas
mayores no presenten un estado higiénico adecuado, algo que considera
que "no es frecuente", Sanz apunta a razones "culturales, físicas y
funcionales". Así, explica que algunos baños de los ancianos "tienen
barreras", las cuales pueden eliminarse "con un plato de ducha".
"Hay que intentar que el baño esté adaptado para que la higiene se
pueda realizar de manera adecuada", continúa al respecto. A su juicio,
el descuido de la higiene puede ocurrir "por falta de movilidad y
accesibilidad", además de por problemas físicos, como "pérdida de la
destreza de las manos".
La SEGG presentará en su congreso
nacional del próximo mes de junio un manual con información acerca de
las habilidades y los cuidados que los familiares o los cuidadores
informales deben conocer.
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