Los cambios en la distribución o el
metabolismo de estrógenos pueden ser uno de los mecanismos por los que
el ejercicio aeróbico reduce el riesgo de cáncer de mama de la mujer,
según datos publicados en la revista de la Asociación Americana para la
Investigación del Cáncer 'Cancer Epidemiology, Biomarkers &
Prevention'.
"Los estudios observacionales sugieren que la actividad física
reduce el riesgo de cáncer de mama, pero no hay estudios clínicos que
explican el mecanismo que hay detrás de esto", afirmó Mindy S. Kurzer,
profesora en el Departamento de Ciencia de los Alimentos y Nutrición de
la Universidad de Minnesota en Saint Paul (Estados Unidos).
En este sentido, recalca que este estudio muestra que el ejercicio
aeróbico influye en la forma en que los cuerpos descomponen los
estrógenos para producir más de los metabolitos "buenos" que reducen el
riesgo de cáncer de mama.
Kurzer y sus colegas llevaron a cabo un ensayo clínico con mujeres
que incluía a 391 sedentarias jóvenes y mujeres premenopáusicas sanas.
Se asignó aleatoriamente a las mujeres a dos emparejamientos por edad e
índice de masa corporal: un grupo de control de 179 mujeres y un grupo
de intervención de 212 mujeres.
Mientras que las mujeres del grupo de control siguieron un estilo
de vida sedentario durante todo el periodo de estudio, las del grupo de
intervención realizaron 30 minutos de ejercicio aeróbico moderado a
vigoroso cinco veces a la semana durante 16 semanas, entre los que se
incluían la cinta de correr, subir escaleras o la máquina elíptica.
Los investigadores ajustaron la intensidad del entrenamiento para
cada individuo de modo que la frecuencia cardiaca máxima fue uniforme
entre todos los participantes. El 86 por ciento de los participantes del
grupo control y el 78 por ciento del grupo de intervención completaron
el estudio.
Los investigadores recogieron muestras de orina de 24 horas
durante tres días consecutivos antes de iniciar el estudio y en tres
días consecutivos al final. Usando una técnica llamada cromatografía
líquida / espectrometría de masas en tándem para medir la cantidad de
tres estrógenos precursores, E1, E2 y E3, y nueve de sus productos de
degradación llamados metabolitos en muestras de orina de los
participantes.
Según Kurzer, el metabolismo de los estrógenos favoreció la
producción de un metabolito llamado 2-hidroxiestrona (2-OHE1) por encima
de uno llamado 16alfa-hidroxiestrona (16alfa-OHE1), lo que resulta en
un aumento en la relación de 2-OHE1/16alpha-OHE1, que se ha relacionado
con una reducción en el riesgo de cáncer de mama.
Esta investigadora y sus colegas encontraron que el ejercicio
aeróbico condujo a un aumento en la cantidad de 2-OHE1 y una disminución
en la cantidad de 16alfa-OHE1, lo que llevó a un aumento significativo
en la proporción 2-OHE1/16alpha-OHE1. No hubo cambios en la relación de
2-OHE1/16alpha-OHE1 en la orina de los participantes del grupo de
control.
"El ejercicio se sabe que favorece la aptitud y mejorar la salud
del corazón, pero también es probable que ayude a prevenir el cáncer de
mama al alterar el metabolismo del estrógeno", afirmó Kurzer. "Es muy
importante, sin embargo, descifrar los mecanismos biológicos detrás de
este fenómeno", agregó.
En colaboración con investigadores de la Universidad de
Pennsylvania en Filadelfia (Estados Unidos), Kurzer está llevando a cabo
estudios similares en las mujeres con un alto riesgo de cáncer de mama.
No hay comentarios:
Publicar un comentario