BOGOTÁ.- La Organización Mundial de la Salud (OMS) ha sometido a
consulta pública unas recomendaciones para reducir el consumo de azúcar
que ya han sido interpretadas en algunos sectores como una señal de que
ese alimento podría ser "el nuevo tabaco".
En América Latina, donde un 23 % de la población es obeso y un 38 %
tiene sobrepeso, según la FAO, y la incidencia de la diabetes está en
aumento (se prevé que los casos crezcan casi un 60 % en Centro y
Sudamérica de aquí a 2035), hay muchos países que han tomado ya medidas
en pro de una alimentación más saludable.
La OMS aconseja que el consumo de azúcares libres o agregados
(distintos a los que contienen naturalmente frutas y verduras) no supere
el 10 % (50 gramos) de la ingesta calórica total diaria y esa
recomendación se mantiene en las nuevas directrices, sobre las que
cualquier persona puede opinar por internet hasta el 31 de marzo.
Pero, además, ha sugerido reducir el consumo a una proporción menor al 5 % con el fin de obtener beneficios adicionales.
El 5 % equivale a unos 25 gramos (seis cucharadas de café
aproximadamente) de azúcar al día para un adulto, lo que significa que
quien ingiere una porción de torta, un helado o un vaso de gaseosa llega
o incluso sobrepasa el límite.
Las directrices de la OMS tienen por objetivo orientar a los países
sobre cómo reducir problemas de salud pública. Concretamente en el caso
del azúcar apuntan a la obesidad y la caries dental.
Las restricciones que rigen en la mayoría de los países para el
consumo y la publicidad del tabaco y en menor medida del alcohol, que
van acompañadas de un aumento de la fiscalidad de esos productos, están
basadas en recomendaciones de la OMS.
El consumo mundial per capita de azúcar en 2012 subió a 24,6 kilos,
casi un kilo más que en 2011 (23,7 kilos), según el último informe anual
de la Organización Mundial del Azúcar (ISO).
La OMS está "preocupada" porque el aumento del consumo de azúcares,
"particularmente en forma de bebidas endulzadas con azúcar", puede
derivar en "una dieta insalubre, aumento de peso y mayor riesgo de
padecer enfermedades no transmisibles", además de incidir en el
desarrollo de enfermedades dentales como la caries.
Hasta ahora las grandes compañías de refrescos no han manifestado su
posición oficial, pues están a la espera de que finalice el periodo de
consultas públicas, pero sí lo han hecho, a favor de las pautas de la
OMS, organizaciones no gubernamentales como Action on Sugar.
Sin embargo, hay expertos en alimentación, como la argentina Susana
Socolovsky, que señalan que no está científicamente probado que el
azúcar contribuya "per se" a la obesidad o la diabetes y señalan que no
es el único alimento que contribuye a la formación de caries, enfermedad
que tiene mucho que ver con la higiene bucal.
"La palabra mágica es moderación", dijo Socolovsky,
vicepresidenta de la Asociación Argentina de Tecnólogos de la
Alimentación, respecto al consumo de azúcar y de otros alimentos.
La especialista argentina está convencida de que la sugerencia de
reducir al 5 % la ingesta de azúcares no prosperará y cree que falta
mucho camino por recorrer para que las recomendaciones de la OMS sobre
el azúcar den lugar a regulaciones alimentarias obligatorias.
Por ahora la dos únicas recomendaciones de la OMS que han llegado al
Codex Alimentarius, por el que se rigen 198 países, tienen que ver con
el consumo de grasas saturadas y de sodio, señaló.
La industria afirma que se están exagerando los supuestos perjuicios
del azúcar y la sal y que otros factores, como el estilo de vida
sedentario, son un factor importante para que las personas desarrollen
problemas de sobrepeso y enfermedades.
También hay asociaciones e individuos que rechazan las medidas de la
OMS y las de los Gobiernos en estas materias por considerar que afectan a
la libertad personal.
"El problema con estos asuntos es que no son solo cuestiones de
salud. Es un tema filosófico: en algún momento uno empieza a pisar la
delgada línea que separa lo que es un consejo o una recomendación
saludable de una verdadera "medicalización" de la vida de la gente",
dijo el diputado independiente uruguayo Daniel Radío.
"Cada día descubrimos un nuevo tabaco a ser combatido: el colesterol,
la sal, el azúcar, etc... Y probablemente la lista no tenga fin",
agregó.
Según la FAO, el avance de la obesidad y el sobrepeso se debe a
cambios en el estilo de vida y a las profundas transformaciones de los
patrones alimentarios.
En México, con un índice de obesidad del 33 %, el cuarto más alto de
América Latina y el Caribe, el Gobierno se comprometió a prohibir este
año la publicidad televisiva de refrescos y comida basura durante el
horario infantil.
Además, la reforma fiscal aprobada este año establece un aumento del 8 %
al impuesto especial que rige para alimentos que contengan 275
kilocalorías o más por cada 100 gramos y se estableció un gravamen a los
refrescos y bebidas azucaradas de un peso más (0,07 dólares) por litro.
No hay comentarios:
Publicar un comentario