LONDRES.- La percepción generalizada de que sólo las
mujeres sufren trastornos de la alimentación retrasa el momento en el
que los hombres con estos problemas obtienen la ayuda y el apoyo que
necesitan, según indica un pequeño estudio publicado en 'British Medical
Journal Open'.
Las estimaciones sugieren que alrededor de una de cada 250 mujeres
y uno de cada 2.000 hombres en Reino Unido tienen anorexia nerviosa,
uno de los cuatro tipos reconocidos de trastornos de la alimentación,
junto a la bulimia nerviosa, el trastorno por atracón y el trastorno
alimentario no especificado.
La incidencia de trastornos de la alimentación está en aumento
entre los hombres, con algunas estimaciones que sugieren que los hombres
representan en la actualidad uno de cada cuatro casos. Pero el pobre
reconocimiento de los signos y síntomas de los trastornos alimenticios
en los hombres es probable que signifique que la prevalencia real puede
ser mayor, dicen los autores del estudio.
Los investigadores de este trabajo estudiaron a 39 jóvenes de
entre 16 y 25 años, diez de los cuales eran hombres, sobre sus
experiencias con trastornos de alimentación, con el objetivo de medir el
impacto de género en el diagnóstico, tratamiento y apoyo de estos
problemas de salud. A todos los hombres les llevó un tiempo darse cuenta
de que sus experiencias y comportamientos eran posibles signos y
síntomas de un trastorno alimentario.
Sus comportamientos incluían pasar días sin comer, purgarse,
contar obsesivamente las calorías, realizar mucho ejercicio y pesarse
continuamente, además de que alguno de ellos se autolesionó. La
percepción de que los trastornos alimentarios son un problema de las
mujeres, y particularmente de mujeres jóvenes, fue citado como una de
los principales motivos por los que les llevó tanto tiempo entender qué
sucedía.
Un joven dijo que pensaba que los trastornos alimentarios sólo
afectaban "a las adolescentes frágiles", mientras que otro reconoció que
pensaba que estos trastornos eran "algo de chicas". Ninguno de los
hombres estaba al tanto de los síntomas de un trastorno de la
alimentación, y los amigos, la familia y los profesores también eran muy
lentos en reconocer los síntomas, además de que muchos retrasaban la
búsqueda de ayuda por temor a no ser tomados en serio por los
profesionales sanitarios o no saber a dónde acudir para pedir ayuda.
"Los hombres con trastornos de alimentación están
infradiagnosticados, infratratados y poco investigados", escriben los
autores. "Nuestros hallazgos sugieren que los hombres pueden sufrir
problemas particulares en el reconocimiento de que pueden padecer un
trastorno alimenticio como resultado de la construcción cultural
continua de que los trastornos alimentarios son única o
predominantemente un problema femenino", añaden.
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