CHICAGO.- El fármaco Aromasin, que bloquea
estrógenos, funcionó mejor que la terapia con tamoxifeno, que lleva
tiempo usándose, a la hora de evitar la recurrencia del cáncer en
mujeres con cáncer de mama en estadios iniciales, según un estudio que
podría cambiar el modo en que se trata a los pacientes, según dijeron
científicos el domingo.
Aromasin, un medicamento que se vende
como genérico bajo el nombre de Exemestano, pertenece a los tratamientos
denominados inhibidores de aromatasa que se usan habitualmente en
mujeres postmenopáusicas con bajos niveles de estrógenos.
La aromatasa es una enzima que convierte la hormona andrógeno en pequeñas cantidades de estrógenos.
Estos fármacos no se solían recetar para mujeres jóvenes cuyos ovarios producen estrógeno.
En mujeres premenopáusicas con cánceres sensibles a las hormonas, el estándar para prevenir la recurrencia del cáncer son cinco años de tratamiento con un medicamento llamado tamoxifeno. Para las mujeres con mayor riesgo, los médicos en algunos países recomiendan exemestano más algún tipo de terapia que paralice la actividad de los ovarios, cortando el suministro de estrógeno. Esa práctica no se suele usar en Estados Unidos porque no hay suficiente evidencia de que produzca beneficios.
Científicos internacionales probaron si los inhibidores de la aromatasa combinados con tratamientos que bloqueen los ovarios podrían funcionar mejor que el tamoxifeno en dos ensayos clínicos en los que participaron 4.690 mujeres premenpáusicas.
Todas las mujeres en los estudios se sometieron a algún tratamiento para bloquear la función de sus ovarios, o con un fármaco llamado Triptorelina, la extirpación quirúrgica de los ovarios o el uso de radiación. Además, un grupo probó exemestano y el otro tamoxifeno.
Un análisis conjunto de dos ensayos internacionales conocidos como SOFT y TEXT, presentado en reunión de la American Society of Clinical Oncology (ASCO) en Chicago, mostró que el exemestano funcionó mejor a la hora de mantener a raya el cáncer cuando se suprimía la función de los ovarios, dijo la doctora Olivia Pagani del Instituto de Oncología del Sur de Suiza.
Su estudio fue presentado en la reunión y será publicado esta semana en el New England Journal of Medicine.
El doctor Clifford Hudis, experto en cáncer de mama y presidente de ASCO, dijo que con supresión ovárica, los inhibidores de la aromatasa ofrecían una opción para reducir el riesgo de recurrencia.
Pero sigue habiendo dudas.
Aunque los inhibidores de aromatasa mostró un beneficio a la hora de prevenir la recurrencia, los científicos aún tienen que presentar datos que demuestren si el tratamiento también mejora la supervivencia en comparación con el tamoxifeno.
Tampoco está claro si anular la actividad de los ovarios añade algún beneficio a las mujeres que sólo son tratadas con tamoxifeno, que es el actual estandar en Estados Unidos.
Estos fármacos no se solían recetar para mujeres jóvenes cuyos ovarios producen estrógeno.
En mujeres premenopáusicas con cánceres sensibles a las hormonas, el estándar para prevenir la recurrencia del cáncer son cinco años de tratamiento con un medicamento llamado tamoxifeno. Para las mujeres con mayor riesgo, los médicos en algunos países recomiendan exemestano más algún tipo de terapia que paralice la actividad de los ovarios, cortando el suministro de estrógeno. Esa práctica no se suele usar en Estados Unidos porque no hay suficiente evidencia de que produzca beneficios.
Científicos internacionales probaron si los inhibidores de la aromatasa combinados con tratamientos que bloqueen los ovarios podrían funcionar mejor que el tamoxifeno en dos ensayos clínicos en los que participaron 4.690 mujeres premenpáusicas.
Todas las mujeres en los estudios se sometieron a algún tratamiento para bloquear la función de sus ovarios, o con un fármaco llamado Triptorelina, la extirpación quirúrgica de los ovarios o el uso de radiación. Además, un grupo probó exemestano y el otro tamoxifeno.
Un análisis conjunto de dos ensayos internacionales conocidos como SOFT y TEXT, presentado en reunión de la American Society of Clinical Oncology (ASCO) en Chicago, mostró que el exemestano funcionó mejor a la hora de mantener a raya el cáncer cuando se suprimía la función de los ovarios, dijo la doctora Olivia Pagani del Instituto de Oncología del Sur de Suiza.
Su estudio fue presentado en la reunión y será publicado esta semana en el New England Journal of Medicine.
El doctor Clifford Hudis, experto en cáncer de mama y presidente de ASCO, dijo que con supresión ovárica, los inhibidores de la aromatasa ofrecían una opción para reducir el riesgo de recurrencia.
Pero sigue habiendo dudas.
Aunque los inhibidores de aromatasa mostró un beneficio a la hora de prevenir la recurrencia, los científicos aún tienen que presentar datos que demuestren si el tratamiento también mejora la supervivencia en comparación con el tamoxifeno.
Tampoco está claro si anular la actividad de los ovarios añade algún beneficio a las mujeres que sólo son tratadas con tamoxifeno, que es el actual estandar en Estados Unidos.
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