MADRID.- Varios estudios habían apuntado a los beneficios de incluir el
picante en la dieta para prevenir diferentes tipos de cáncer, ya que
está comprobado que mexicanos o indios, donde el uso de esta especia es
básica en el día a día de la población, sufren menos enfermedades
oncológicas.
Ahora un informe realizado por un equipo de investigadores
de la Universidad de San Diego (California) explica que incluir la
capsaicina -el principal compuesto de las guindillas- en las comidas
activa un receptor de células que recubren el intestino y reducen el
riesgo de tumores de colon.
El estudio, publicado en la revista 'Journal of Clinical
Investigation', señala que este receptor de potencial transitorio V1 o
TRPV1 se encuentra en las neuronas sensoriales, donde actúa como un
centinela para percibir el calor, la acidez y los productos químicos
picantes que hay en el medio ambiente.
Además, en este caso los investigadores descubrieron que TPRV1
también está en las células epiteliales de los intestinos, donde se
activa por receptor del factor de crecimiento epidérmico (EGFR).
Como
las mutaciones que afectan a la expresión o actividad del EGFR pueden
provocar cáncer, los científicos demostraron que es un motor «básico»
para la proliferación celular en el intestino, cuyo revestimiento
epitelial se reemplaza aproximadamente cada cuatro o cinco días.
Así,
los científicos demostraron que cuando el EGFR activa el TRPV1, comienza
un proceso que reduce el riesgo de aparición de células no deseadas y
el desarrollo de tumor intestinal.
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