BOSTON.- Las personas en reposo queman un 10% más de calorías al final de la
tarde y temprano por la noche que en las primeras horas de la mañana,
según un estudio publicado este jueves en la revista especializada
Current Biology.
“Nos sorprendió el hecho de que hacer lo mismo en un momento del día quemara más calorías que
en otro momento diferente”, señaló la autora principal, Kirsi-Marja
Zitting, de la Facultad de Medicina de Harvard (EE.UU.).
Este hallazgo, según los investigadores, “refuerza el importante papel del reloj circadiano en el gobierno del metabolismo
y ayuda a explicar por qué las irregularidades en los horarios de comer
y dormir pueden aumentar la probabilidad de que las personas aumenten
de peso”.
Para determinar los cambios a lo largo del día en el metabolismo,
Zitting y sus colegas estudiaron a siete personas en un laboratorio sin
ninguna pista sobre qué hora era en realidad: no había relojes,
ventanas, teléfonos, ni internet.
Los participantes del estudio fueron asignados horas para ir a la
cama y despertarse. Cada noche, esas horas se modificaron a cuatro horas
más tarde, el equivalente a viajar hacia Alaska (EE.UU.) desde el Este a
través de cuatro zonas horarias cada día durante tres semanas.
“Debido a que estaban haciendo el equivalente a dar vueltas alrededor
del globo cada semana, el reloj interno de su cuerpo no podía seguir el
ritmo”, detalló la coautora Jeanne Duffy, de la misma división que
Zitting. Con estos ajustes, los expertos fueron capaces de medir la tasa metabólica en todos los diferentes momentos biológicos del día.
Los datos mostraron que el gasto de energía en reposo es más bajo en
la fase circadiana que los investigadores catalogaron como “0°”,
correspondiente a la caída de la temperatura corporal en la noche
biológica tardía.
El gasto de energía fue mayor en la fase circadiana “180°”,
aproximadamente 12 horas después, en lo que sería la tarde biológica
hasta la noche. Los investigadores encontraron además que el
cociente respiratorio de los participantes, que refleja la utilización
de macronutrientes, también varía según la fase circadiana. Esta medida
fue más baja en la noche y más alta en la mañana biológica.
Este descubrimiento ofrece la primera caracterización de un perfil
circadiano en el gasto energético en reposo en ayunas y el cociente
respiratorio en ayunas, sin contar los efectos de la actividad, el ciclo
sueño-vigilia y la dieta.
“No solo lo que comemos, sino cuándo comemos y descansamos afecta la
cantidad de energía que quemamos o almacenamos como grasa. La
regularidad de los hábitos como comer y dormir es muy importante para la
salud general”, sentenció Duffy.
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