MADRID.- Científicos de varios países han desarrollado nanocápsulas de carbono
que albergan en su interior átomos de samario y que podría ser
utilizadas para destruir células tumorales de una forma localizada.
Las nuevas partículas ya se han probado con éxito en ratones, y en el
futuro podrían aplicarse en la radioterapia contra el cáncer, ha
informado este miércoles el Consejo Superior de Investigaciones
Científicas (CSIC).
Las nanocápsulas de carbono se activan con radiación para reducir la
proliferación y el crecimiento de los tumores cancerígeno, han
comprobado los científicos, que publican sus conclusiones en la revista
“ACS Nano”, ha subrayado el CSIC, que ha precisado que el sistema podría
ser también empleado para la obtención de imágenes biomédicas.
Se trata de nanocápsulas con átomos de samario estable que son
irradiadas con neutrones para lograr unos elevados niveles de
radiactividad que destruyan las células tumorales y reduzcan así el
crecimiento y proliferación de los tumores.
En nanomedicina, uno de los tratamientos más prometedores incluye el
uso de nanopartículas radiactivas administradas por vía intravenosa para
hacer frente a los tumores, ha recordado el CSIC.
Las nanocápsulas se han probado en experimentos con ratones y se ha
comprobado una reducción de algunos de los tumores, así como una
reducción del ritmo de crecimiento.
“Todavía hay que hacer más estudios para calcular las dosis óptimas y
los efectos secundarios, pero los resultados existentes son muy
prometedores”, ha señalado Gerard Tobías Rossell, investigador del
Instituto de Ciencia de Materiales de Barcelona (ICMAB-CSIC).
La alta radiación lograda en este estudio permite que las
nanocápsulas puedan utilizarse para radioterapia contra el cáncer, y no
sólo para estudios de imagen biomédica, como hasta ahora.
La imagen biomédica requiere una radiactividad más baja (se usa para
detectar las nanocápsulas dentro del organismo), pero la radioterapia,
en cambio, requiere una radiación más alta para destruir las células
cancerígenas que forman los tumores de manera localizada, ha recordado
el CSIC.
La gran radioactividad conseguida en este estudio permite, además,
que la dosis administrada pueda ser mucho más baja que con otros
tratamientos.
Las nanocápsulas son formadas por nanotubos de carbono, es decir, por
láminas de grafeno enrolladas y selladas por las puntas. “Estas
nanocápsulas son impermeables, ya que la pared de grafeno no permite que
los átomos radiactivos que hay en el interior se esparzan por el resto
del cuerpo”, ha explicado Tobías.
Los átomos del interior son de samario (cloruro de samario), ya utilizado en hospitales como paliativo para metástasis óseas.
Cuando se preparan las nanocápsulas, los átomos no son radiactivos, y
sólo después de ser irradiados con neutrones, los isótopos se
convierten radiactivos y son útiles para el tratamiento contra el
cáncer.
El estudio ha sido realizado por un equipo internacional formado por
investigadores del ICMAB-CSIC y el Instituto Catalán de Nanociencia y
Nanotecnología, además de centros de investigación de Reino Unido,
Francia, Grecia, República Checa e Italia, y la empresa Cis Bio
International, dentro del proyecto europeo RADDEL (RADioactivity
DELivery).
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