martes, 2 de junio de 2020

Baja radiación solar y la densidad de población afectan a la propagación del virus

 
BARCELONA.- La radiación solar ultravioleta (UV) y la densidad de población afectan a los contagios del COVID-19, según un estudio del Hospital Clínic-IDIBAPS, en Barcelona, que ha analizado los factores climatológicos y demográficos asociados a la propagación del coronavirus en diferentes regiones de todo el mundo.

Según la investigación, que publica la revista Clinical Infectious Diseases, los principales factores asociados a un mayor número de casos de COVID-19 son una baja radiación solar y una alta densidad de población.
Diferentes análisis sugieren que la climatología podría influenciar la evolución de la pandemia, lo que concordaría con la naturaleza estacional de ciertos virus de la familia betacoronavirus y con el hecho de que las variables ambientales, como las altas temperaturas o la alta humedad, disminuyen la capacidad de propagación de la gripe.
Pero no hay un consenso sobre si el aumento de las temperaturas o la humedad que se espera en los próximos meses frenará la transmisión de virus.
Conocer los factores que influyen la diseminación de la COVID-19 podría ayudar a anticipar sus consecuencias y tomar medidas para mitigar su impacto.
Para hacer su estudio, los investigadores analizaron si las diferencias en la incidencia de la COVID-19 se pueden asociar a factores climatológicos o a la densidad de población y correlacionaron los casos de coronavirus reportados en las primeras semanas de la epidemia en cada país y región con los datos climatológicos en el mismo periodo de tiempo.
Los resultados demuestran que la incidencia del COVID-19 es superior cuanto más baja es la radiación solar y mayor es la densidad de población.
Aunque la radiación UV no es suficiente por sí sola para frenar la COVID-19, el efecto protector de la radiación solar era de una magnitud similar al aumento asociado a la densidad poblacional, y el aumento de UV que se producirá en las próximas semanas puede ayudar a disminuir su progresión.
Aún se requieren más estudios sobre el potencial efecto protector de la radiación solar sobre la COVID-19 para estudiar el papel de los cambios meteorológicos estacionales en la propagación de esta enfermedad.

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