MADRID.- Un equipo de investigadores españoles ha logrado por primera vez transformar un determinado tipo de células del sistema nervioso en neuronas capaces de reparar algunos circuitos sensoriales de la vista o del oído dañados en etapas tempranas de la vida.
Los científicos han comprobado que es posible obtener neuronas específicas de una región del cerebro a partir de "astrocitos", un tipo de células del sistema nervioso que llevan a cabo funciones muy importantes para el funcionamiento del cerebro.
El trabajo se ha llevado a cabo con roedores en el Instituto de Neurociencias de Alicante (un centro mixto de la Universidad Miguel Hernández y del Consejo Superior de Investigaciones Científicas) y los resultados aparecen hoy publicados en la revista Science Advances.
Las células (los astrocitos) han sido reprogramados utilizando un virus para hacerle llegar a su destino en el cerebro de los ratones, ha informado el Instituto, que ha precisado que los investigadores han comprobado además que esos astrocitos expresan genes que son propios de sus neuronas "hermanas" en cada región cerebral concreta, lo que ha hecho posible su reprogramación en un tipo de neurona sensorial muy específica.
Los trabajos se han desarrollado en la Unidad de Neurobiología del Desarrollo del Instituto de Neurociencias, dirigido por Guillermina López-Bendito, quien ha destacado la importancia de los hallazgos ya que abren la posibilidad en el futuro de recuperar circuitos neuronales perdidos en ciegos o sordos congénitos.
El científico Álvaro Herrero, primer firmante de la investigación, ha precisado que en el estudio han comprobado que podían producir esa reprogramación incluso en ausencia de un daño específico y ha explicado que están trabajando ahora para llevar la misma técnica a modelos animales tanto de ceguera congénita como de ceguera derivada de un glaucoma.
Herrero ha informado de que las siguientes fases se van a centrar en mejorar la eficiencia de esa reprogramación celular en modelos animales con pérdida sensorial, y en comprobar que se produce una regeneración completa y funcional de los circuitos neuronales dañados.
"Una vez que la estrategia sea lo más óptima posible, podremos empezar a pensar en trabajar con organismos superiores y en el diseño de la forma más adecuada y menos invasiva de producir esta regeneración", ha señalado el investigador del Instituto de Neurociencias.
Y ha precisado además que la técnica que están utilizando en este centro podría ya actualmente replicarse en otros centros de investigación con un coste "relativamente razonable".
"En nuestro caso utilizamos vectores virales para inducir la reprogramación, por lo que lo principal es disponer de las instalaciones y el equipamiento adecuado para producir estos vectores y realizar las cirugías posteriormente en los animales de estudio", ha declarado el investigador.
El proyecto, denominado “Reprogramación de células talámicas para el restablecimiento de circuitos sensoriales”, ha sido financiado por la Generalitat Valenciana con 400.000 euros y es la semilla para un nuevo plan impulsado por la Fundación La Caixa con 499.000 euros a través de la Convocatoria CaixaResearch de Investigación en Salud.
El Instituto de Neurociencias ha explicado, en una nota difundida hoy, que gracias al tálamo -una estructura cerebral que actúa como un simulador del mundo exterior- antes del nacimiento el cerebro ya empieza la “puesta a punto” de algunos sentidos, como el tacto y la vista, algo que ya habían demostrado en el laboratorio de la doctora López-Bendito en trabajos anteriores.
Las dos estructuras cerebrales implicadas en este proceso son el tálamo, que recibe la información del exterior, y la corteza cerebral, que la procesa; cuando hay una pérdida en la captación de los estímulos sensoriales, parte de las neuronas y los circuitos de estas dos regiones del cerebro se pierden o se reducen considerablemente.
Los "astrocitos", según los investigadores, podrían ser cruciales para restaurar esos circuitos sensoriales que se han perdido, a pesar de que hasta hace poco se consideraba que estas células eran "actrices secundarias" en el cerebro y en la médula espinal.
Pero su papel va más allá y los investigadores han comprobado que estas células nerviosas participan también en tareas que se consideraban exclusivas de las neuronas, como el procesamiento, la transferencia y el almacenamiento de la información, y han demostrado que al ser inducidos se pueden transformar en neuronas, con el potencial regenerativo que eso supone.
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