martes, 5 de julio de 2011

La vida después de la cirugía de próstata no es la esperada

NUEVA YORK.-  Casi la mitad de los hombres operados para tratar el cáncer de próstata padece mayor incontinencia y menor actividad sexual que lo anticipado.

Antes de la cirugía, algunos participantes de una encuesta esperaban mejorar sus funciones urinaria y sexual al año de la cirugía, un deseo alejado de lo que finalmente fue la realidad.
"Estos resultados son sorprendentes", dijo la doctora Tracey Krupski, profesora asistente de urología de la University of Virginia y que no participó del estudio. "Ninguna intervención, ya sea quirúrgica o con radiación, hará que una persona funcione mejor que antes", añadió.
Según la Sociedad Estadounidense del Cáncer, se le diagnosticará cáncer de próstata a uno de cada 6 hombres de Estados Unidos. Cada año, decenas de miles de varones optan por el tratamiento quirúrgico.
A 152 hombres, a los que se les extirparía la próstata por cáncer, se les pidió que respondieran una encuesta. Primero, recibieron información sobre los riesgos de la cirugía, entre los que se encuentran la disfunción eréctil y la incontinencia.
Las preguntas eran para conocer sus expectativas sobre la función urinaria, sexual e intestinal a un año de la operación. La mitad dijo que esperaría mantener la misma función y un 17 por ciento anticipó una mejoría de la función sexual con la cirugía.
Al año, los autores hallaron que el 36 por ciento de las expectativas asociadas con la función urinaria coincidía con el resultado obtenido, al igual que el 40 por ciento de las expectativas relacionadas con la función sexual.
Daniela Wittmann, coordinadora de Salud Sexual del Departamento de Urología de la University of Michigan y coautora del estudio, señaló que los médicos no pueden decirles a los pacientes cómo será su función sexual y urinaria después de la cirugía.
"Sólo podemos informarles según las estadísticas, ya que no podemos predecir resultados individuales. Eso quiere decir que, ante la duda, los pacientes tienden a tener esperanzas y ser optimistas", agregó.
Krupski señaló que las expectativas irreales de los pacientes pueden ser un arma de doble filo. Por un lado, el optimismo ayuda a que las personas se curen. Por el otro, "puede generar desilusión en la adaptación a una discapacidad de largo plazo", señaló.
La imposibilidad de tener una erección es uno de los efectos secundarios más comunes de la cirugía prostática, aunque algunos hombres pueden optar por una técnica que deja intactos los nervios que controlan la erección.
Otro estudio, publicado en la misma edición de Journal of Urology, reveló que cuando los pacientes reciben información sobre los beneficios y los riesgos de esa técnica, y luego se les da la posibilidad de optar por el procedimiento a usar, tienden a decidir como los cirujanos.
En este caso, los pacientes participaron de una sesión de consejería de rutina y prequirúrgica y en una consulta con un cirujano para conversar sobre los riesgos y beneficios de cada procedimiento.
Según Krupski, las consultas prequirúrgicas adicionales son útiles, pero los planes de seguro no las suelen cubrir.
Wittmann opinó que sólo una pequeña proporción de hombres elegiría no operarse ante la posibilidad real de desarrollar disfunción eréctil porque existen otros motivos asociados con el cáncer que influyen en esa decisión.

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