jueves, 17 de febrero de 2011

El uso de antibióticos en la infancia aumenta el riesgo de desarrollar una enfermedad inflamatoria intestina

El uso de antibióticos en la infancia aumenta el riesgo de que el niño desarrolle una enfermedad inflamatoria intestinal (EII), según un estudio desarrollado por investigadores daneses y publicado este mes en 'Gut', que precisa que un solo tratamiento de antibióticos podría más que triplicar el riesgo de sufrir la enfermedad de Crohn, siendo las penicilinas las principales responsables.
   Estos investigadores daneses estudiaron el uso de antibióticos sistémicos en relación con el desarrollo de la enfermedad de Crohn y/o la colitis ulcerosa sobre 600.000 niños nacidos en Dinamarca entre 1995 y 2003. De ellos, casi 500.000 (85%) recibió al menos un tratamiento de antibióticos durante el seguimiento y se identificaron 50 casos de enfermedad de Crohn y 67 casos de colitis ulcerosa.
   Según el catedrático Daan Hommes, un experto en este campo de la Organización Europea de Crohn y Colitis (ECCO) y representante de la Federación de Gastroenterología de la Unión Europea (UEGF), el estudio averiguó "que los niños que habían recibido al menos un tratamiento de antibióticos tenían casi el triple de probabilidades de ser diagnosticados EII que los demás".
   "El riesgo de sufrir EII era mayor en los tres meses posteriores a un tratamiento de antibióticos", un peligro que aumentaba también con la penicilina V y las penicilinas de amplio espectro, ha señalado este experto.
   Para Hommes, este estudio arroja luz sobre el posible papel de los antibióticos en el desarrollo de la EII y justifica por qué los médicos deberían pensárselo dos veces antes de recetar antibióticos a niños.
   "Desde hace algún tiempo sabemos que existe una relación entre los antibióticos sistémicos y el desarrollo de EII en adultos", explica este especialista. Sin embargo, este trabajo "confirma, por primera vez, que esta relación también existe en niños y constituye una prueba contundente de que es más probable que algunos antibióticos causen EII que otros".
   Alrededor de 2,5 millones de personas sufren de EII en Europa. Los tipos más comunes son la enfermedad de Crohn y la colitis ulcerosa. Ambas enfermedades se caracterizan por la inflamación y ulceración del intestino, que provocan diarrea --a veces sanguinolenta--, retortijones abdominales y pérdida de peso. También se pueden producir complicaciones como, por ejemplo, cicatrización, estrechamiento del intestino y abscesos, que a menudo requieren soluciones quirúrgicas.
   Todavía no se comprenden en su totalidad las causas de la EII, a pesar de que, por norma general, se cree que, en base a predisposiciones genéticas, el sistema inmunológico ataca la flora intestinal normal, provocando una inflamación descontrolada.
   Los estudios han demostrado que un desequilibrio de la composición normal de las bacterias del intestino puede activar el sistema inmunológico, causando el desarrollo de EII. Los antibióticos pueden alterar la composición normal de la microflora intestinal, lo que podría explicar la relación entre la EII y los antibióticos.
   "La EII está más extendida en Europa Occidental y Norteamérica, aunque su incidencia se ha incrementado de manera considerable en Europa Oriental y Asia", afirma Hommes, quien explica que, "tradicionalmente, esta afección se ha considerado una enfermedad de los países 'industrializados', asociada a una mejor higiene, refrigeración y cambios en el procesamiento, preparación y conservación de los alimentos". "El aumento del consumo de antibióticos ha sido, hasta cierto punto, análogo al incremento de la EII", asevera.
   Hommes cree que puede haber varias explicaciones para los resultados de este estudio. La primera posibilidad es que los antibióticos modificaron la microflora intestinal y alteraron el sistema inmunológico del intestino, provocando la EII. La segunda es que los antibióticos utilizados en estos niños eran meros sustitutos de un proceso infeccioso subyacente que puede haber provocado la EII.
   "El mayor riesgo de sufrir EII poco después del tratamiento con antibióticos apuntaría a una relación causal entre el antibiótico y la EII, pero no podemos estar completamente seguros basándonos en los resultados de este estudio". dice.
   Sin embargo, éste es "un estudio muy importante, que ayudará a diseñar futuros estudios de EII que deberán ahora examinar a los pacientes y sus familias, considerando el papel de las infecciones, el uso de antibióticos y los cambios resultantes en la microflora intestinal", concluye.

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