viernes, 18 de febrero de 2011

Hallada una vía para reparar los daños cerebrales tras un ictus

Científicos del Laboratorio para Investigación Cerebral Experimental de Lund (Suecia), junto con investigadores americanos, han descubierto una sustancia que refuerza las funciones auto-reparadoras del cerebro tras sufrir un ictus. En concreto, han encontrado un método para activar una proteína presente en el cerebro (el receptor sigma-1), que juega un importante papel en la recuperación cerebral durante el periodo crítico después del daño, los primeros seis meses tras el ictus.
   En la actualidad, el único tratamiento intensivo para un ictus es la trombólisis, en la que se utilizan fármacos que disuelven los coágulos sanguíneos responsables del ictus, pero sólo el 10 por ciento de los pacientes que han sufrido un ictus reciben este fármaco a tiempo de prevenir daños permanentes. Para otros pacientes, no existen otros fármacos efectivos que reduzcan la pérdida de funciones cerebrales que se da tras un ictus.
   Las investigaciones del equipo dirigido por el profesor Tadeusz Wieloch, que se han publicado en 'Brain', comenzaron con experimentos en ratas. A estos animales se les provocó un ictus y después fueron situados en ambientes diferentes: una caja con estimulación extra en forma de varios niveles de tubos, vigas y escaleras y una caja normal.
  "Tras realizar un análisis genético de las ratas que estaban en la caja normal y de aquellas que estaban en una caja con estímulos, descubrimos que muchos genes se activaban en el ambiente con estímulos. Uno de estos genes codificado por la proteína receptor sigma-1. Entonces inyectamos a las ratas una sustancia específica que activa el receptor sigma-1 y vimos que las ratas recuperaban su función de forma más rápida que los animales que no fueron tratados", ha dicho.
   La idea es recrear y reforzar la respuesta natural del cerebro en un ambiente estimulante. A través de una inyección de esta sustancia activa, la reparación cerebral se estimula. Este resultado de la investigación sueca, que comenzó hace unos 15 años, ha llevado a un ensayo clínico con pacientes de ictus realizado por una farmacéutica japonesa.
   Según Wieloch, su equipo está "muy contento de que su investigación sobre el ictus realizada en Lud haya hecho el camino desde los experimentos de laboratorio hasta un ensayo clínico internacional". "Este es un excelente ejemplo de cómo una investigación básica puede trasladarse al contexto de los cuidados para la salud y posiblemente, generar nuevas y mejores terapias", concluye.

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