martes, 8 de marzo de 2011

Investigadores españoles estudian los efectos de la nicotina sobre el desarrollo del sistema visual

Un grupo de investigadores españoles pertenecientes al Instituto de Neurociencias de Castilla y León (Incyl) han iniciado un estudio para analizar si la nicotina, la sustancia del tabaco responsable de la adicción, tiene efectos en la formación del sistema nervioso en embriones, en concreto, en el desarrollo del sistema visual del pez cebra.
   Por mucho que se conocen los efectos dañinos del tabaco, "están poco estudiados los efectos de la nicotina de forma aislada", advierte el investigador Ángel Porteros, en una información de la Plataforma SINC.
  "Es importante separar el efecto agudo de la nicotina como molécula excitadora de sus efectos a más largo plazo para saber si provocan alteraciones, en este caso, en el sistema visual", explica el investigador del Instituto de Neurociencias de Castilla y León.
   La hipótesis de los científicos es que la nicotina altera la diferenciación celular, es decir, a la transformación que da lugar a células específicas, en este caso, del sistema visual. "Si la aplicación de la nicotina se traduce en que los efectos son tan intensos como creemos, podría llegar a provocar incluso ceguera permanente", afirma el autor principal de la investigación, José Aijón Noguera.
   Sin embargo, esto dependería de la concentración de nicotina que se emplee en cada caso o de los tiempos de exposición a la misma. Además, hay que contar con factores como la susceptibilidad genética de las madres.
   Para ello, el investigador Miguel Moyano explica que la elección del pez cebra como modelo se debe a que es un animal adecuado para observar a simple vista fallos morfológicos y, posteriormente, realizar análisis bioquímicos. "Utilizamos la nicotina durante una etapa concreta en el mismo medio en el que se están desarrollando los embriones", señala Moyano.
   Según los científicos, una de las ventajas de este modelo es conocer las concentraciones exactas de la sustancia que llegan al embrión, algo que no sería posible en el caso de mamíferos, ya que la nicotina llegaría a través de la sangre de la madre. Más adelante, en posteriores pasos de la investigación, habría que trasladar las pruebas a otros animales.
   Asimismo, los investigadores emplearán pruebas de comportamiento para analizar la conducta, y técnicas bioquímicas y moleculares para estudiar los cambios que hayan podido producir distintas concentraciones de nicotina.
   El traslado de los resultados que se obtienen en pez cebra al ser humano puede parecer lejano, pero en realidad, "las etapas iniciales de desarrollo en todos los embriones de vertebrados son prácticamente idénticas, los planes moleculares de organización siguen un patrón común, con lo cual es más extrapolable de lo que parece", aclaran los autores.
   Sin embargo, uno de los retos de cara a esta investigación está en analizar los resultados con nuevas técnicas para comprobar cambios en la retina o en ciertas regiones encefálicas. "El ojo de estos peces es muy pequeño y el de un embrión mucho más, lo cual presenta una dificultad añadida", comenta Porteros.
   Para ello, técnicas como la electrofisiología, que miden la actividad eléctrica, o la inmunocitoquímica, que se basa en la utilización de anticuerpos, servirán para comprobar si las funciones del sistema visual están afectadas en estos peces.

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