En la actualidad, la cirugía es el tratamiento de elección en pacientes con hiperparatiroidismo primario, con una tasa de curación de entre el 95 y el 98 por ciento de los casos en la primera intervención y cuando el cirujano es experto. Así se ha constatado en la I Reunión Nacional de Cirugía Endocrina, que se celebra en el Hospital Bellvitge, en la que se están analizando las últimas novedades en el diagnóstico y tratamiento del hiperparatirodismo primario.
"El empleo de técnicas de mínima invasión, cada vez más enfocadas a un abordaje selectivo, así como la mayor capacitación de los profesionales, hace de esta cirugía un tratamiento seguro y eficaz con un menor dolor postoperatorio y una incorporación más temprana a su vida diaria", según ha explicado el coordinador de la sección de Cirugía Endocrina de la Asociación Española de Cirujanos, el doctor Pablo Moreno, y presidente del Comité Organizador del encuentro.
Este trastorno metabólico, el más común de los tres tipos de hiperparatiroidismo, se debe a una alteración en el funcionamiento de las glándulas paratiroides, situadas detrás del tiroides, en la parte anterior del cuello. Estas glándulas, de 40 a 60 miligramos de peso cada una y del tamaño de una lenteja, son las encargadas de producir la PTH, que es la hormona reguladora del nivel de calcio en el organismo.
"El exceso de esta hormona está relacionado con la pérdida de tejido óseo, lo que trae consigo un mayor riesgo de fractura de huesos y daño renal, asociado a la formación piedras en el riñón e incluso depósitos de calcio en parénquima renal", ha aclarado este experto.
A nivel neuropsiquiátrico, esta patología produce sensación de fatiga, cansancio e irritación, además de ocasionar depresión, demencia o agravamiento de un estado de demencia previo. En el 90 por ciento de los casos se debe a enfermedad de una única glándula (adenoma), siendo la siguiente situación más frecuente la afectación de todas las glándulas (hiperplasia). El hiperparatiroidismo primario es más común en personas mayores de 60 años, en su mayoría población femenina, aunque también se puede dar en adultos jóvenes. De hecho, siete de cada diez pacientes de más de 55 años son mujeres.
Aunque en muy pocos casos se puede identificar una causa clara, la radioterapia cervical y la presencia de determinadas mutaciones genéticas se asocian a un mayor riesgo de desarrollar hiperparatiroidismo primario. En este último caso, pueden darse varias situaciones en función del número y grado de afectación de las glándulas.
En la mayoría de los casos, la enfermedad se diagnostica en la fase preclínica, es decir, antes de dar síntomas, mediante un análisis de sangre rutinario, por cualquier otro motivo, en el que se detecta un aumento de los niveles de calcio. Una vez confirmada la sospecha diagnóstica de hiperparatiroidismo, "partiendo de la premisa de que el 90 por ciento de los pacientes tiene sólo una glándula enferma, realizamos pruebas para localizar el adenoma, como la gammagrafía con sestamibi o una ecografía", ha señalado este experto en cirugía endocrina.
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