Investigadores del Grupo Español de Cáncer de Pulmón (GECP) han conseguido aumentar en casi el doble la supervivencia libre de progresión de un subtipo de cáncer de pulmón gracias al uso de una terapia dirigida administrada por vía oral y sin necesidad de recurrir a la quimioterapia, evitando también la toxicidad que causan estos tratamientos.
Así se desprende de los resultados del estudio 'Eurtac' en fase III presentados en el Congreso de la Asociación Americana de Oncología Médica (ASCO, en sus siglas en inglés), que se celebra estos días en Chicago (Estados Unidos).
En el estudio han participado un total de 48 hospitales españoles, además de otros centros franceses e italianos, que compararon los efectos por separado de la quimioterapia con platino y el fármaco oral erlotinib, comercializado por Roche como 'Tarceva', en pacientes con cáncer de pulmón que presentaban una mutación del gen EGFR y todavía no habían recibido tratamiento.
Esta mutación es más frecuente en los tumores de pacientes con adenocarcinoma, en mujeres y en no fumadores y, el objetivo, según han explicado sus autores, era determinar cuál es la mejor opción para que estos afectados vivan más tiempo sin que la enfermedad avance.
De este modo, observaron que los pacientes tratados con erlotinib alcanzan una supervivencia libre de progresión media de 9,7 meses, frente a los 5,2 de la quimioterapia, lo que supone que el medicamento dirigido reduce un 63 por ciento el riesgo de que la enfermedad avance de nuevo y el paciente empeore.
De hecho, la importancia de tales resultados fue tal que el estudio tuvo que interrumpirse antes de lo previsto al comprobarse en un análisis intermedio que ya se había conseguido el objetivo primario.
Según ha destacado el presidente del GEPC y uno de los coordinadores del estudio, el doctor Rafael Rosell, "el estudio ha despertado muchas expectativas porque el beneficio que aporta la terapia dirigida es claramente superior a la quimioterapia que hoy día todavía se utiliza para cualquier paciente con cáncer de pulmón metastásico".
"Esperemos que esta investigación sirva para que las autoridades europeas y estadounidenses aprueben el uso, aún pendiente, de erlotinib en primer línea para pacientes con mutación del EGFR", reconoce este experto, quien destaca además la baja toxicidad que ofrece la terapia dirigida.
Y es que, como explica Rosell, entre los tratados con la terapia dirigida apenas hay casos de anemia, frente a la elevada incidencia con la quimioterapia.
"El fármaco mejora el control de los síntomas (tos, disnea, fatiga), lo que hace que estos pacientes perciban mejor su calidad de vida", asevera, destacando también que esta terapia permite "la posibilidad de tomar el fármaco en su casa".
Otro de los directores de este estudio, el jefe del Servicio de Oncología Médica del Hospital Virgen del Rocío de Sevilla, Luis Paz-Ares, también ha destacado la importancia de este hallazgo ya que "es la demostración de que se puede investigar la medicina personalizada en una enfermedad de tan mal pronóstico como el cáncer de pulmón avanzado".
"Este tratamiento personalizado para un subgrupo de pacientes les proporciona más tiempo con la enfermedad controlada", apuntando a que si este tipo de ventajas se obtuviese en otros subgrupos de la enfermedad se estarían "dando más pasos hacia su cronificación".
El buen perfil toxicidad es el que además permite, según el doctor Paz-Ares, "que los nuevos fármacos dirigidos puedan ser utilizados, no sólo como terapia de inicio, sino en mantenimiento, es decir de forma ininterrumpida hasta que la enfermedad progrese al ser mucho mejor tolerados que la quimioterapia".
La comunidad que ha contado con más participación en este estudio ha sido Madrid, con doce centros (los hospitales 12 de Octubre, Gregorio Marañón, Ramón y Cajal, Puerta de Hierro, La Princesa, La Paz, Fundación Jiménez Díaz, Alcorcón, Clínico San Carlos, la Ruber y el de Fuenlabrada), seguida de Cataluña, con diez (con el Institut Català D'Oncologia ICO-Bellvitge, el Vall d'Hebron, el Germans Trias i Pujol, el Santa Creu i Sant Palau, el Clínic, el Mataró, el Dexeus, el Althaia de Manresa, el Josep Trueta de Girona y el Arnau de Vilanova de Lleida).
Además de estos también tienen una amplia participación la Comunidad Valenciana, con ocho centros (los hospitales Doctor Peset, el Arnau de Vilanova, el Generak y el Complejo Hospitalario, todos en Valencia; el Universitario, el de Torrevieja y el Virgen de Lirios de Alcoy, y el General de Castellón), y Andalucía, con siete (el hospital de Valme y el Virgen del Rocío en Sevilla; el Carlos Haya y el Virgen de la Victoria de Málaga; el Virgen de las Nieves de Granada; el Reina Sofía de Cordóba, y el Complejo Hospitalario de Jaén).
También han participado los hospitales baleares de Son Llatzer, Son Dureta y el Centro Médico Clínica Rotger, el Juan Canalejo de La Coruña, los hospitales de Lozano Blesa y Miguel Servet de Zaragoza, el Insular de Gran Canaria, Nuestra Señora de Candelaria de Tenerife, el Valdecilla de Santander, el de las Cruces de Bilbao, el Donostia de San Sebastían y el San Millán-San Pedro de La Rioja.
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