Alrededor de 350 millones de niños y niñas en todo el mundo no ha visto a un trabajador sanitario en su vida, según de desprende del informe 'Sanidad al alcance de todos los niños y niñas', elaborado por Save the Children, en el que se solicita a los líderes mundiales que inviertan en salud para suplir los 3,5 millones de puestos sanitarios necesarios para un reparto equitativo de profesionales.
Según la organización, los niños y niñas de África "solo tienen acceso al tres por ciento del total mundial de trabajadores sanitarios a nivel mundial, por lo que este aumento de personal cualificado evitaría que en Nigeria, Etiopía o Liberia los niños y niñas tengan cinco veces más posibilidades de morir antes de su quinto cumpleaños que los que viven en países con un número adecuado de trabajadores sanitarios".
La responsable de Programas internacionales de Save the Children, Lucía Losoviz, ha afirmado que "es inaceptable que un niño pierda la vida porque no tiene acceso a una matrona o enfermera". "Formar a trabajadores sanitarios es fácil y barato y su impacto es enorme. Pueden salvar vidas administrando vacunas o ayudando en partos. Los líderes mundiales deben poner fin a este escándalo y asegurar que todos los niños y niñas, independientemente de donde vivan, tengan acceso a un trabajador sanitario", ha añadido.
El informe también señala que avanzar en este sentido "no es difícil si se llevan a cabo políticas e inversiones adecuadas" y que en países como Bangladesh o Nepal, "una gran inversión en trabajadores sanitarios ha reducido el número de muertes de niños y niñas". Ambos países se encuentran entre los pocos encaminados a cumplir el Objetivo de Desarrollo del Milenio (ODM) de Naciones Unidas de reducir la mortalidad infantil en dos tercios para 2015.
Save the Children ha elaborado un ranking por países de la atención sanitaria que recibe un niño enfermo, situándose Chad y Somalia a la cola y Suiza y Finlandia a la cabeza. Por su parte, España ocupa el puesto 32. El análisis muestra que los niños que viven en los 20 últimos países del ranking, todos por debajo del mínimo que establece la Organización Mundial de la Salud (OMS) de dos trabajadores por cada mil habitantes, tienen cinco posibilidades más de perder la vida que los que viven en los países en cabeza.
Entre las causas de la crisis de personal sanitario, Save the Children explica que en los países con bajos ingresos, la falta de educación y formación dificulta que sus habitantes puedan llegar a formarse como trabajador sanitario. Cada año 173.000 médicos se forman en Europa, comparados con los 5.100 de África.
Otra de las causas que indica la ONG "es la poca motivación que ofrecen los bajos salarios y la escasez de incentivos lo cual provoca fuga de cerebros". Así, precisa que el 81 por ciento de los trabajadores sanitarios de Liberia y Mozambique trabaja fuera de su país y que los que se quedan se enfrentan a un trabajo en malas condiciones en hospitales "con muy mala equipación".
A lo anterior se añade la "mala gestión que se hace de trabajadores sanitario, que no se distribuyen donde son más necesarios". En muchos países con un alto índice de mortalidad infantil, los trabajadores sanitarios se concentran en las áreas urbanas y están fuera del alcance de niños y niñas que viven en zonas rurales remotas.
"La escasa inversión en salud por parte tanto de los países ricos como de los países pobres frena la formación de personal sanitario. Hay una escasez de fondos de dos tercios para trabajadores sanitarios. El papel que juegan los países en desarrollo es crucial: en 2011 los países africanos se comprometieron a destinar el quince por ciento de sus presupuestos nacionales a sanidad, sólo ocho lo han cumplido", ha relatado.
Finalmente, denuncia que la financiación resulta "poco efectiva porque los fondos para salud se obtienen a través de diferentes canales y en diferentes momentos, lo cual hace muy difícil planificar para el futuro e invertir en los proyectos a largo plazo necesarios para contratar y formar a trabajadores sanitarios".
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