Los adultos con sobrepeso comen con menos frecuencia que las personas con peso normal, aunque consumen más calorías y realizan menos actividad durante el transcurso del día, según un estudio estadounidense.
En cambio, los adultos de peso normal, incluidos aquellos que bajaron mucho de peso y se mantuvieron, comen más seguido, de acuerdo con los resultados publicados en Journal of the American Dietetic Association.
"La mayoría de las investigaciones demostraron que las personas que comen con más frecuencia tienen menos peso. Pero nadie sabe por qué", dijo la investigadora principal, Jessica Bachman, profesora asistente del departamento de Nutrición y Dietética de la Marywood University en Scranton, Pennsylvania.
Más del 60 por ciento de los residentes estadounidenses son obesos o tienen sobrepeso, pero la relación entre el número de comidas que las personas realizan por día y la capacidad de mantener la pérdida de peso no estaban claras, añadió.
En particular, la investigadora quería comprender qué hacen las personas que adelgazaron para mantener alejados los kilos de más.
Bachman y su equipo siguió a unas 250 personas durante un año, y analizó datos recolectados en dos estudios amplios patrocinados por los Institutos Nacionales de Salud de Estados Unidos.
Uno de los estudios observó los hábitos alimenticios de las personas con un índice de masa corporal (IMC) -una medición del peso en relación con la estatura- de entre 25 y 47. Esas cifras corresponden a personas con sobrepeso u obesidad.
La otra investigación observó a hombres y mujeres adultos que tenían peso normal -un IMC de 19 a 24,9-, de los cuales la mitad había adelgazado al menos 13,6 kilos y mantenido ese descenso por más de cinco años.
De media, los sujetos de peso normal realizaban tres comidas y algo más de dos desayunos por día, mientras que el grupo con sobrepeso promediaba las tres comidas y apenas algo más de un desayuno diario.
En general, quienes "mantenían" el descenso de peso eran los que menos calorías consumían -alrededor de 1.800 por día-, comparado con los sujetos de peso normal y sobrepeso, que ingerían entre 1.900 y más de 2.000 calorías diarias, respectivamente.
Bachman dijo que el consumo de desayunos ayudaría a evitar el aumento de peso debido a ingestas excesivas por hambre.
"Si uno come con más frecuencia, evita tener demasiado hambre. Si uno espera 10 horas después de la última comida, terminará comiendo mucho más", señaló la experta.
La autora indicó que quienes mantenían el descenso de peso también eran los más activos físicamente, ya que quemaban unas 3.000 calorías por semana a través del ejercicio y otras actividades, comparado con 2.000 calorías semanales entre las personas de peso normal y 800 en el grupo de sobrepeso.
"Parece que ser extremadamente activo físicamente y comer más seguido ayuda a mantener el descenso de peso logrado", dijo Bachman, quien consideró que se necesitan más estudios sobre el tema.
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