Las posibilidades de éxito de una fertilización in vitro (FIV) aumentan si los hombres llevan una dieta saludable, elevada en frutas y cereales y reducida en carnes rojas, alcohol y café, reveló un estudio brasileño sobre la calidad del semen masculino.
Mientras que los problemas reproductivos femeninos se han vinculado con el peso corporal, el tabaquismo y el consumo de alcohol, no quedaba claro si lo mismo sucedía con los hombres de las parejas que buscan tratamientos de fertilidad.
"La concentración espermática se vio influenciada negativamente por el índice de masa corporal (IMC) y el consumo de alcohol, y se mostró positivamente influido por el consumo de cereales y la cantidad de comidas diarias", indicó Edson Borges, del Centro de Fertilidad y Fertilización Asistida de Sao Paulo, en la revista Fertility and Sterility.
"La motilidad de los espermatozoides también se vio negativamente influenciada por el IMC, el consumo de alcohol y los hábitos tabáquicos, mientras que se vio positivamente influido por la ingesta de frutas y cereales", añadió el experto.
El IMC es una medición del peso en relación con la estatura de una persona.
El estudio incluyó a 250 hombres que, con sus parejas, estaban realizando en un centro un tipo de tratamiento de fertilidad llamado inyección intracitoplasmática de espermatozoides (ICSI por su sigla en inglés).
Los investigadores consultaron a los hombres con qué frecuencia comían una serie de alimentos, incluidas frutas y vegetales, granos, cereales, carne y pescado, además de cuánto bebían y fumaban.
El equipo también obtuvo muestras de semen de los varones para analizar lo saludables y bien concentrados estaban sus espermatozoides, además de registrar cómo resultaba cada paso del proceso de FIV en cada pareja.
En alrededor de tres cuartos de los tratamientos los óvulos fueron exitosamente fecundados, y algo menos de cuatro de cada 10 mujeres quedaron embarazadas durante el estudio.
Desde la velocidad de sus espermatozoides hasta las posibilidades de sus parejas de quedar embarazadas, los hombres con las peores dietas se vieron perjudicados en el tratamiento de fertilidad, indicaron los autores.
Tener sobrepeso y beber alcohol se relacionó con una menor concentración de esperma y motilidad, que es la capacidad de nadar de los espermatozoides, mientras que fumar se vinculó sólo con efectos negativos sobre la motilidad.
La ingesta de alcohol y café se asociaron con una menor posibilidad de fecundación.
Asimismo, las tasas de implantación embrionaria y embarazo fueron mucho menores cuando los hombres comían mucha carne roja.
Por otra parte, comer más cereales -como trigo, avena y cebada- se relacionó con una mejor concentración y motilidad de los espermatozoides. La fruta se vinculó con mejoras en la velocidad y agilidad espermáticas.
"Hablamos de tener un estilo de vida saludable y tratar de eliminar cualquiera de estas cosas que son malas para la salud, pero creo que el mayor énfasis suele estar en asegurar que la mujer sea lo más saludable posible", dijo Lynn Westphal, especialista en salud y fertilidad femenina del Centro Médico de la Stanford University en California.
"Pienso que esta información es realmente interesante, ya que los factores de estilo de vida de los hombres, incluso cuando se está realizando una ICSI, son importantes", agregó.
Los resultados se corresponden con la idea de que ciertas vitaminas, minerales y aminoácidos ayudarían a mantener o mejorar la calidad del semen, mientras que el consumo excesivo de alcohol y ciertas hormonas de la carne procesada podrían ser dañinas para el semen, escribió Borges.
En las parejas que se someten a tratamientos de fertilidad tanto los varones como las mujeres deberían saber que sus dietas y estilos de vida afectarían sus posibilidades de concretar un embarazo exitoso, finalizó el investigador.
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