viernes, 17 de febrero de 2012

El genoma del demonio de Tasmania ayudaría con el cáncer humano

Un grupo de científicos ha descifrado por primera vez el genoma del temido demonio de Tasmania australiano, descubriendo que los letales tumores faciales que están diezmando a la especie evolucionan muy despacio, lo que podría permitir que se encuentre una forma de ayudarles antes de que se extingan.

Además, los científicos de la Universidad Nacional Australiana dijeron el viernes que su descubrimiento, publicado en la revista PLoS Genetics, podría ayudar a desentrañar el proceso de cómo evolucionan los cánceres humanos.
Los demonios de Tasmania, popularizados por el dibujo animado "Taz", son marsupiales carnívoros del tamaño de un perro pequeño. Los tumores faciales han devastado a la población salvaje confinada en la isla australiana de Tasmania desde que fueron descubiertos a mediados de los 90.
Los científicos creen que a menos que se encuentre ayuda, la población salvaje podría extinguirse dentro de algunas décadas.
Pero el mapa genético realizado a cabo por investigadores dirigidos por Janine Deakin descubrió que, a nivel genético, esos tumores evolucionan muy despacio, lo que facilita su estudio y podría ofrecer la posibilidad de sortearlos.
Además, esto ofrecería una inusual oportunidad para estudiar cómo se desarrollan los cánceres humanos, agregó Deakin.
"Dado que descubrimos que el tumor del demonio está evolucionando tan despacio, podemos usar eso como un modelo para observar los cánceres en los humanos. Es un poco más lento que el proceso de cáncer en las personas", añadió la autora.
"En los cánceres humanos, los cambios pasan tan rápido que no tenemos posibilidad de investigar los mecanismos que actúan. Y sí podemos hacer eso con el demonio", aclaró.
El tumor del demonio de Tasmania se disemina por contacto piel con piel y causa la muerte deformando a los animales, que mueren de hambre o asfixia.
El equipo de Deakin también halló que fragmentos importantes de los cromosomas de los demonios afectados por los tumores están mezclados, como un gran rompecabezas armado de la forma incorrecta.
"Un (cromosoma) en particular está completamente destrozado, lo que hace que los genes no estén en el orden apropiado", dijo Deakin.
Ese descubrimiento podría abrir más vías de investigación.
Un estudio previo estadounidense sobre demonios de Tasmania mostró que la población ya tenía poca diversidad genética, lo que los volvería vulnerables al cáncer.

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