La Federación Española de Cáncer de Mama (FECMA) ha asegurado que el ejercicio físico ayuda a las mujeres intervenidas de cáncer de mama a sentirse mejor durante y después del tratamiento, con motivo del Día Internacional del Ejercicio Físico, que tuvo lugar el pasado viernes.
"Para una mujer intervenida de cáncer de mama, la práctica de ejercicio será de gran ayuda para recuperar la fuerza y movimiento en su brazo y servirá para reducir el dolor y la rigidez del hombro", ha argumentado la presidenta de FECMA.
Los expertos recomiendan que estos ejercicios se inicien en el postoperatorio inmediato, bajo la supervisión del personal sanitario. "Desde un punto de vista práctico, el ejercicio debe ser practicado de forma continuada y progresiva, que no suponga agotamiento de la paciente", ha añadido Gimón.
La presidenta de FECMA ha apelado además a la responsabilidad de la mujer sobre su salud, puesto que existen datos sobre la relación entre la alimentación y el cáncer de mama. En concreto, las dietas con alto contenido calórico y el consumo de cerveza pueden aumentar el riesgo de recurrencia. Por el contrario, una dieta con alto contenido de verduras, frutas y rica en fibra representa un factor clave en la prevención de este tipo de tumor.
"Sabemos que una dieta saludable puede hacer más efectivo el tratamiento e incluso permite recibir una dosis más alta del mismo para conseguir aumentar las posibilidades de recuperación. Además, una terapia nutricional adecuada ayuda a evitar lesiones en el tejido corporal, reconstruirlos y combatir infecciones", ha argumentado.
En general, seguir una dieta sana, baja en azúcares y grasas, y practicar al menos de una hora de ejercicio físico como mecanismo básico de prevención puede disminuir hasta en un 30 por ciento el riesgo de padecer un cáncer de mama, según diferentes estudios llevados a cabo por la Organización Mundial de la Salud (OMS).
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