Investigadores de la Universidad de
Doshisha en Kyotanabe (Japón) han desarrollado un método que mejora la
adhesión de la inyección de células del endotelio corneal en este región
del ojo, lo que puede abrir la vía de la medicina regenerativa a las
enfermedades de la córnea y ofrece una alternativa a los trasplantes
para recuperar la visión.
Así se desprende de un estudio que publica en su último número
la revista 'American Journal of Pathology', en el que el autor de este
avance, Noriko Koizumi, reconoce que "la disfunción del endotelio
corneal es una de las principales causas de discapacidad visual severa".
Aunque la medicina regenerativa o el uso de tejidos y células
cultivadas en laboratorio ya ha demostrado ser eficaz en el tratamiento
de una serie de órganos, como el corazón, el páncreas o el cartílago, en
esta región del ojo los intentos habían sido en vano.
"Cuando tratábamos de inyectar células endoteliales corneales
cultivadas, nos encontrábamos con que estas presentaban una mala
adhesión al tejido de la córnea", ha explicado Koizumi.
Sin embargo, este experto y su equipo se basaron en estudios
previos que habían demostradon que la Rho-quinasa asociada (ROCK) podía
interferir en la señalización de la adhesión, probando el trasplante en
combinación con el uso de un agente de bajo peso molecular que inhibía
esta proteína llamado Y-27632.
De este modo, procedieron en el laboratorio al cultivo de
estas células procedentes de conejos para posteriormente inyectarlas en
animales con el endotelio corneal dañado, observando que cuando las
células cultivadas fueron inyectadas con el Y-27632, las córneas de
conejos recuperaron una transparencia completa apenas 48 horas después
de la inyección.
En cambio, en los conejos inyectados sin este agente se observó como las córneas estaban excesivamente hinchada.
Tras este experimento, realizado en varios países de Europa
central, los investigadores prosiguieron sus investigaciones con monos,
más similares a los humanos, y en estos observaron que el trasplante
también permitía una mejor evolución de los primates a largo plazo, lo
que invita a pensar que este inhibidor puede ser un tratamiento efectivo
en humanos con estos trastornos.
Aunque ya se han desarrollado técnicas quirúrgicas para
reemplazar el endotelio corneal dañado, estos procedimientos son
técnicamente difíciles y desafiantes, debido a la escasez de donantes de
córneas, han relatado los investigadores.
Sin embargo, han añadido, esta nueva técnica "puede
proporcionar a los médicos una nueva modalidad terapéutica, no sólo para
el tratamiento de disfunciones endoteliales corneales, sino también
para una variedad de enfermedades patológicas".
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