Un equipo liderado por investigadores de la
Escuela de Medicina de la Universidad de Stanford, en Estados Unidos, ha
descubierto que el factor de riesgo genético más común para la
enfermedad de Alzheimer altera la función cerebral en mujeres de edad
avanzada, pero tiene poco impacto en la función cerebral de los hombres
sanos del mismo grupo de edad. La investigación ha sido publicada en la
revista 'Journal of Neuroscience'.
Las mujeres portadoras de la variante del gen, conocido por ser un
potente factor de riesgo para la enfermedad de Alzheimer, muestran
cambios cerebrales característicos de la enfermedad neurodegenerativa,
que se pueden observar antes de manifestarse los síntomas exteriormente.
Tanto los hombres como las mujeres que heredan dos copias (una de cada
padre) de esta variante del gen, conocido como ApoE4, están en riesgo
muy alto de padecer Alzheimer.
Sin embargo, la doble copia de ApoE4 es infrecuente, afectando
sólo al 2 por ciento de la población, mientras que alrededor del 15 por
ciento de las personas llevan una sola copia de esta versión del gen.
Los investigadores de Stanford han demostrado, por primera, vez la
existencia de una distinción de género entre las personas mayores sanas
con la variante genética ApoE4. En este grupo, las mujeres presentan
dos características relacionadas con la enfermedad de Alzheimer:
cambios en su actividad cerebral, y niveles elevados de una proteína
llamada tau, en el líquido cefalorraquídeo.
Una de las implicaciones del estudio, es que los hombres con una
sola copia de ApoE4 no deben suponer que están en riesgo elevado de
padecer la enfermedad de Alzheimer -un síndrome que afecta a alrededor
de 5 millones de personas en los Estados Unidos y, en todo el mundo, a
casi 30 millones. Los nuevos hallazgos también pueden ayudar a explicar
por qué las mujeres, más que los hombres, desarrollan esta enfermedad,
según afirma Michael Greicius, profesor d Neurología y Ciencias
Neurológicas, y director médico del Centro Stanford para los Trastornos
de la Memoria.
Por cada tres mujeres con la enfermedad de Alzheimer, sólo dos
hombres sufren de este trastorno neurodegenerativo. Según Greicius, "es
cierto que las mujeres viven más que los hombres, en promedio, y la
vejez es el mayor factor de riesgo para padecer Alzheimer. Sin embargo,
la disparidad en el riesgo de Alzheimer persiste, incluso, al corregir
la diferencia en la longevidad. Este impacto desigual de ApoE4 sobre las
mujeres, frente a hombres, podría explicar una parte importante de la
relación desigual de género".
Además de la edad, otro factor bien estudiado de riesgo importante
es genético: la posesión de una determinada versión del gen ApoE. Este
gen afecta a una proteína implicada en el transporte del colesterol en
las células -el colesterol es un componente crucial de todas las
membranas celulares, incluyendo las de las células nerviosas. Las
células nerviosas están constantemente respondiendo a la experiencia,
mediante el desarrollo, la mejora, la disminución o la supresión de sus
contactos electroquímicos con otras células nerviosas. Para todos estos
procesos, un transporte del colesterol eficiente es crítico.
La proteína de ApoE existe en tres versiones, y cada una es el
producto de una versión ligeramente diferente del gen: E2, E3 o E4. La
mayoría de las personas tienen dos copias de la versión E3 de ApoE. Un
pequeño porcentaje posee una copia de E3 y una de E2, y un porcentaje
aun menor tiene dos copias de E2. La proteína especificada por la
versión del gen E4 parece ser algo defectuosa, en comparación con la
codificada por E2 o E3. Así, mientras que sólo alrededor del 10-15 por
ciento de la población es portadora de una copia de E4, más del 50 por
ciento de las personas que desarrollan la enfermedad de Alzheimer son
portadores E4. Sin embargo, el incremento del riesgo de E4 parece
limitarse, en gran medida, a las mujeres.
Para demostrarlo, los científicos primero obtuvieron imágenes por
resonancia magnética funcional de 131 personas sanas, con una edad media
de 70 años, para examinar las conexiones en la red de la memoria del
cerebro. Los investigadores usaron sofisticados análisis de imágenes
cerebrales para demostrar que, en las mujeres de edad avanzada con la
variante E4, esta red de regiones cerebrales interconectadas -que
normalmente comparten un patrón sincronizado de actividad- muestra una
pérdida de sincronía, un patrón típicamente visto en pacientes con
Alzheimer.
En las mujeres sanas de edad avanzada (pero no en los hombres)
con, al menos, un alelo de E4, la actividad en un área del cerebro
llamada precúneo parece estar fuera de sincronía con otras regiones
cuyos patrones de activación, en general, están estrechamente
coordinados.
La técnica que utilizaron los investigadores del nuevo estudio se
conoce como resonancia magnética funcional de conectividad, o fcMRI.
Realizada en "reposo", a sujetos despiertos que no están centrados en
una tarea en particular, fcMRI puede discernir entre 20 redes cerebrales
diferentes, cada una formada por un conjunto de regiones del cerebro
físicamente conectadas por vías nerviosas, y cuyos pulsos de actividad
se sincronizan.
Greicius y sus colaboradores habían demostrado previamente que el
patrón de activación sincrónica de una red en particular, fundamental
para la función de la memoria, conocida como el "modo de red por
defecto," está afectada específicamente en el Alzheimer, y se deteriora a
medida que progresa la enfermedad.
Para confirmar de manera independiente sus imágenes basadas en
observaciones, los científicos evaluaron los registros de una gran base
de datos pública sobre envejecimiento saludable y la enfermedad de
Alzheimer. El estudio de Stanford se centró en voluntarios sanos de
entre 55 y 90 años de edad, que se habían comprometido a someterse a una
punción lumbar para analizar el líquido cefalorraquídeo. A partir de
esta base de datos, el equipo de Greicius obtuvo los registros de 91
sujetos, con una edad media de 75 años, y los dividieron en cuatro
grupos de mujeres con, o sin una copia de la variante E4, y hombres con,
o sin dicha copia.
En cada grupo, se pudo comprobar las concentraciones de la
proteína tau en el líquido cefalorraquídeo de estos sujetos -los niveles
elevados de tau en el líquido cefalorraquídeo son un biomarcador clave
de la enfermedad de Alzheimer. Según los resultados, las mujeres con, al
menos, un alelo E4, mostraban un líquido cefalorraquídeo enriquecido
sustancialmente con tau.
No hay comentarios:
Publicar un comentario