Investigadores del Centro de Investigación
de Resonancia Magnética (CMRR) de la Universidad de Minnesota, en
Estados Unidos, han encontrado una pequeña población de neuronas que
participan en la medición del tiempo, un proceso que tradicionalmente ha
sido difícil de estudiar en el laboratorio.
En el estudio, publicado en
'PLoS Biology', los investigadores desarrollaron una tarea en la que
varios monos sólo podían confiar en su sentido interno del paso del
tiempo.
Los monos fueron entrenados para mover los ojos constantemente a
intervalos regulares de tiempo, sin ningún tipo de señales externas o
expectativa inmediata de recompensa. Los investigadores observaron que, a
pesar de la falta de información sensorial, los monos eran muy precisos
y coherentes en sus comportamientos programados. Esta coherencia se
podría explicar por la actividad en una región específica del cerebro
llamada área intraparietal lateral (LIP, por sus siglas en inglés).
"En contraste con estudios previos que observaron un aumento de la
actividad asociada con el paso del tiempo, descubrimos que la actividad
de LIP disminuía a un ritmo constante entre los movimientos
sincronizados", explica el investigador principal, Geoffrey Ghose,
profesor asociado de Neurociencia en la Universidad de Minnesota.
Para Ghose, "es importante destacar que la percepción del tiempo
de los animales variaban según la actividad de estas neuronas. Es como
si la actividad de las neuronas funcionase como un reloj de arena
interno".
Mediante el desarrollo de un modelo para ayudar a explicar las
diferencias en las señales de temporización, el estudio también sugiere
que no hay un 'reloj central' en el cerebro involucrado en todas las
tareas de sincronización. En cambio, cada uno de los circuitos
responsables de acciones diferentes en el cerebro es capaz de producir
independientemente una señal de temporización exacta.
Futuras investigaciones estudiarán cómo surgen estas señales
precisas de temporización como consecuencia de la práctica y el
aprendizaje, y si, cuando las señales son alteradas, producen claros
efectos sobre el comportamiento.
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