domingo, 11 de noviembre de 2012

Las proteínas, claves en el moco previenen la adhesión bacteriana en las superficies

Los polímeros que se encuentran en el moco pueden proteger contra la formación de biopelículas (capas viscosas de crecimiento bacteriano), que representan riesgos significativos en entornos industriales y médicos, según los resultados de un estudio reciente. Los ingenieros biológicos del Instituto Tecnológico de Massachusetts (MIT) de Estados Unidos descubrieron que estos polímeros, conocidos como mucinas, pueden atrapar bacterias y evitar que se aglomeren en una superficie, haciéndolos inofensivos.

   "El moco es un material que se ha desarrollado durante millones de años de evolución para gestionar nuestras interacciones con el mundo microbiano. Estoy seguro de que podemos encontrar inspiración en él de nuevas estrategias para ayudar a prevenir las infecciones y la colonización bacteriana", dice Katharina Ribbeck, experta en desarrollo profesional de Ingeniería Biológica y autora del estudio, publicado en 'Current Biology'.
   Así, Ribbecke subraya que los revestimientos de mucina pueden ayudar a prevenir la formación de biopelículas en dispositivos médicos y también ayudar a encontrar aplicaciones para la higiene personal, como su incorporación en productos como pasta de dientes o enjuague bucal para complementar las propias defensas del cuerpo, especialmente en las personas cuyos recursos naturales moco se han agotado.
   El moco normalmente recubre la mayoría de las superficies húmedas del cuerpo, incluyendo los sistemas respiratorio y digestivo. "El punto de vista clásico del moco es que forma una barrera a la infección, pero no está del todo claro cómo lo hace", dice Ribbeck, quien estudió junto a su equipo el comportamiento de la bacteria Pseudomonas aeruginosa en un medio de cultivo que contenía mucinas purificadas.
   Los investigadores encontraron que las mucinas bloquean la formación de agrupaciones de bacterias evitando que se adhieran, algo necesario para que éstas se agrupen. Cuando las bacterias permanecen inmóviles, terminan en suspensión en una mezcla pegajosa y pueden hacer menos daño. "Las mucinas tienen la capacidad de suprimir la virulencia al mantener las células separadas. Es como mantener a sus hijos en habitaciones separadas, para que se mantengan fuera de problemas", resume Ribbeck.
   En los casos en los que las bacterias son capaces de romper este sistema de defensa y causar infecciones, los científicos entienden que se debe a la reducción de moco a causa del envejecimiento, la deshidratación o la quimioterapia, así como que el moco no se reemplace con la suficiente frecuencia, como ocurre en los pulmones obstruidos con mucosa en pacientes con fibrosis quística.

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