miércoles, 12 de diciembre de 2012

Las conmociones cerebrales afectan a los cerebros de los niños

Los cambios cerebrales en los niños que han sufrido una lesión cerebral traumática leve o concusión persisten durante meses después de la lesión aún incluso cuando los síntomas de la lesión ya no están, según revela un estudio publicado en la edición de 'The Journal of Neuroscience'. 

Los resultados ponen de relieve el beneficio potencial del uso de técnicas de imagen avanzadas para supervisar la recuperación de los niños después de una conmoción cerebral.
   Las conmociones cerebrales alteran la materia blanca del cerebro, las fibras largas que transportan información desde un área del cerebro a otra, según los resultados de la investigación. Algunos datos recientes sugieren que los cerebros en desarrollo de los niños pueden ser más vulnerables a los efectos de la lesión cerebral traumática leve.
   En el presente estudio, Andrew Mayer y sus colegas de la Red de Investigación de la Mente de la Universidad de Nuevo México en Albuquerque (Estados Unidos) estudiaron específicamente a niños mayores (10-17 años) con lesión cerebral traumática leve y encontraron que los cambios estructurales en la sustancia blanca de los niños vistas unas dos semanas después de la lesión fueron evidentes más de tres meses después, a pesar de la desaparición de los síntomas relacionados con la lesión.
"Estos hallazgos pueden tener implicaciones importantes sobre cuándo es realmente seguro para un niño reanudar las actividades físicas que pueden producir una segunda conmoción cerebral, lo que podría dañar aún más un cerebro ya vulnerable", explicó el profesor Mayer.
   Los investigadores realizaron pruebas cognitivas y utilizaron una técnica de imagen avanzada conocido como tensor de difusión (DTI, en sus siglas en inglés) para examinar los cerebros de 15 niños que tuvieron recientemente (tras los 21 días desde la lesión) una conmoción cerebral y 15 niños no afectados. Durante una visita de seguimiento aproximadamente cuatro meses después de la lesión, los científicos repitieron las pruebas cognitivas y de imagen.
   Las pruebas iniciales revelaron que los niños con la lesión cerebral leve tenían déficits cognitivos sutiles y cambios en la materia blanca en comparación con sus homólogos sanos. Mientras que los niños no reportaron síntomas de la lesión durante los meses de visita del seguimiento posterior, las imágenes de DTI revelaron que los cambios estructurales en el cerebro se mantuvieron.
"La magnitud de los cambios en la materia blanca en los niños con lesión cerebral traumática leve era más grande de lo que se ha sabido previamente para los pacientes adultos con lesión cerebral traumática leve --dijo Mayer--. Esto sugiere que las diferencias de desarrollo en el cerebro o en el sistema músculoesquelético puede hacer que los pacientes pediátricos sean más susceptibles a la lesión".
   Basado en los datos de imagen obtenidos durante el estudio, los investigadores fueron capaces de distinguir con precisión los cerebros de los pacientes que tenían lesiones cerebrales traumáticas leves de los que estaban sanos el 90 por ciento del tiempo. Tales hallazgos sugieren que el DTI, que no requiere el uso de radiación ionizante, un día podría ser utilizado para diagnosticar la lesión y para caracterizar mejor el proceso de recuperación en el cerebro.
   Christopher Giza, especialista en lesiones cerebrales de desarrollo del Hospital de Niños de Mattel y del Centro de Investigación de la Lesión de la Universidad de California en Los Ángeles (Estados Unidos), que no participó en el estudio, señaló que si bien el número de pacientes en el estudio fue pequeño, los resultados marcan "un importante paso adelante en la comprensión de los efectos de la lesión cerebral traumática leve en el cerebro en desarrollo".
   "Es necesario seguir trabajando para determinar si los cambios en la materia blanca presentes a los cuatro meses representan un proceso de recuperación prolongado o cambio permanente en el cerebro. La determinación de la duración de los cambios estructurales y si estos tienen implicaciones clínicas siguen siendo las áreas críticas para futuros estudios", resumió Giza.

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