Expertos del Centro Médico de
Reproducción Asistida (CREA), de Valencia, España, han indicado este sábado que seguir la
dieta mediterránea y asumir hábitos saludables, como hacer ejercicio
moderado de forma regular, dejar el tabaco y el alcohol y evitar el
estrés, influyen de forma positiva en la mejora de la capacidad
reproductiva.
La codirectora de CREA, la doctora Carmen Calatayud, ha
explicado que diversos estudios confirman que la dieta mediterránea,
rica en verduras, legumbres, aceite y pescado está relacionada con una
disminución de los problemas disovulatorios, una mejora en el desarrollo
embrionario y fetal, y un aumento, por tanto, de la tasa de gestación
en los ciclos de reproducción asistida.
Además, ha advertido de que el estrés, las dietas desequilibradas,
los hábitos tóxicos y la vida sedentaria son factores negativos para la
fertilidad, mientras que el consumo moderado de café "no parece que
altere la capacidad reproductiva, si bien la mayoría de las sociedades
aconsejan limitar el consumo de cafeína en las mujeres embarazadas o que
estén intentando conseguir gestación".
El estrés también tiene sus efectos nocivos sobre la fertilidad,
ya esté relacionado con la situación personal o profesional del
individuo o con el diagnóstico y tratamiento de la esterilidad. Se ha
observado que el pronóstico de los tratamientos de reproducción asistida
es peor en mujeres sometidas a altos niveles de estrés.
En el caso del varón, el estrés puede alterar la calidad seminal y
se erige como la principal causa de abandono de los tratamientos de
reproducción asistida. "Por estas razones, es importante que las parejas
puedan tener un adecuado asesoramiento psicológico en relación a las
alteraciones emocionales ligadas a la esterilidad", ha recomendado la
doctora.
Por otro lado, desde CREA destacan los indicios "suficientemente alarmantes"
de los efectos nocivos del tabaco sobre la fertilidad e invitan a los
pacientes a "a abandonar su consumo, desmontando la extendida y falsa
creencia de que en caso de embarazo, es peor la ansiedad provocada por
no poder fumar, que el hábito tabáquico moderado".
En concreto, alertan de que en la mujer el tabaco afecta
negativamente a nivel de ovario, trompa, útero, embrión, feto y recién
nacido. También hay evidencias de un efecto deletéreo del tabaco sobre
la espermatogénesis en el hombre.
En cuanto al alcohol, su consumo se ha relacionado en el caso de
la mujer con retraso del crecimiento folicular, alteración de la
maduración del ovocito, disminución de la fertilidad, menor tasa de
fecundación e implantación y aumento de abortos. Respecto al hombre, la
ingesta alcohólica se traduce en una reducción de la cantidad y
movilidad de los espermatozoides, así como en un aumento de
espermatozoides anormales.
Con todos estos datos, "podríamos decir que existen pruebas
suficientes para recomendar a las parejas que tratan de quedar
embarazadas que deben limitar e incluso abstenerse de consumir alcohol
antes de la concepción y durante el embarazo", señala Calatayud.
Asimismo, la actividad física moderada practicada de forma regular
puede ser beneficiosa para la salud reproductiva por el efecto que
tiene en el control del peso, en la disminución del estrés y en el
aumento de la autoestima. Por el contrario, alerta la doctora Calatayud,
"el exceso de actividad física puede aumentar el riesgo de
infertilidad, debido a alteraciones en el eje hipotálamo-hipofisario,
responsable del equilibrio y funcionalidad hormonal".
También la obesidad puede afectar negativamente a las funciones
del ovario, a la calidad ovocitaria y endometrial, y a la ovulación,
mientras que la mujer con bajo peso pude presentar retraso en la
menarquia, anovulación y alteración de los ciclos menstruales.
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