Investigadores del Colegio de Medicina
Albert Einstein de la Yeshiva University, en Nueva York (Estados Unidos)
han descubierto cómo las mutaciones genéticas más comunes en las
células de la enfermedad de Parkinson familiar dañan el cerebro. El
estudio, publicado en 'Nature Neuroscience', podría abrir las
posibilidades de tratamiento, tanto para el Parkinson familiar como la
forma más común de Parkinson que no se hereda.
La enfermedad de Parkinson es un trastorno del sistema nervioso
que avanza gradualmente causando rigidez o desaceleración del
movimiento. Las mutaciones más comunes responsables de la forma familiar
de la enfermedad de Parkinson afecta a un gen llamado repeticiones
ricas en leucina quinasa-2 (LRRK2), que hacen que el gen LRRK2 codifique
versiones anormales de la proteína LRRK2. Pero no está claro cómo las
mutaciones de LRRK2 conducen a la definición de signo microscópico de
Parkinson: la formación de agregados de proteínas anormales dentro de
las células nerviosas productoras de dopamina del cerebro.
"Nuestro estudio encontró que las formas anormales de proteína
LRRK2 interrumpen un importante proceso de eliminación de basura en las
células que normalmente digieren y procesan las proteínas no deseadas,
entre ellas una llamada alfa-sinucleína, el principal componente de los
agregados de proteínas de las células nerviosas en pacientes con
Parkinson" , dijo la líder del estudio Ana María Cuervo, profesora de
Biología Evolutiva y Molecular, de Anatomía y Biología Estructural y de
Medicina y miembro de la Cátedra Robert y Renee Belfer para el Estudio
de las Enfermedades Neurodegenerativas en Einstein.
El nombre para el proceso de interrupción de la eliminación es
autofagia (autoalimentación) intercedida por chaperonas, que son
moléculas especializadas que "guían" a las proteínas viejas y dañadas
hacia estructuras de enzimas llenas de lisosomas, donde las proteínas se
digieren en aminoácidos, que luego se reciclan dentro de la célula.
"Hemos demostrado que cuando LRRK2 inhibe la autofagia mediada por
chaperonas, la alfa-sinucleína no se descompone y en su lugar se acumula
a niveles tóxicos en las células nerviosas", explica el doctor Cuervo.
El estudio incluyó neuronas de ratón en cultivo de tejidos a
partir de cuatro modelos diferentes de animales, neuronas de los
cerebros de pacientes con Parkinson con mutaciones LRRK2 y neuronas
derivadas de las células de la piel de pacientes de Parkinson a través
de células madre pluripotentes inducidas (iPS) por tecnología celular.
Todas las líneas de investigación confirmaron el descubrimiento de los
investigadores.
"Estamos buscando formas de mejorar la actividad de este sistema
de reciclaje para ver si podemos prevenir o retrasar la muerte neuronal y
la enfermedad --señaló el doctor Cuervo--. Hemos comenzado a analizar
algunos compuestos químicos que parecen muy prometedores". Este experto
espera que estos tratamientos podrían ayudar a los pacientes con
Parkinson familiar como no familiar, la forma predominante de la
enfermedad que también implica la acumulación de alfa-sinucleína.
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