Psicólogos de la Universidad de Chicago y de
la Universidad Estatal de Ohio, en Estados Unidos, han demostrado que
las personas que están socialmente aisladas desarrollan cambios en sus
sistemas inmunológicos que provocan una condición conocida como
inflamación crónica, lo que puede derivar en enfermedades en ocasiones
con consecuencias fatales.
Las inflamaciones temporales son necesarias para la cura de cortes
o infecciones, pero si ésta persiste en el tiempo puede llevar a
padecer enfermedades cardiovasculares y cáncer.
En un primer trabajo, los investigadores de la Universidad de
Chicago descubrieron que las personas solitarias encuentran más
estresantes las actividades diarias que aquellas con una vida social más
activa. Los científicos creen que el cortisol, la hormona que el cuerpo
libera como respuesta al estrés, causa inflamaciones y otras
enfermedades.
Para corroborarlo, en un segundo estudio de la Universidad Estatal
de Ohio se analizaron los niveles de inflamación en respuesta al estrés
en personas solitarias.
La doctora Lisa Jeremka, una de las autoras del estudio, comparó a
mujeres que han sobrevivido a un cáncer de mama con voluntarias sanas, y
las sometió a una prueba llamada test de Estrés Social de Trier, en la
que, sin previo aviso, las participantes debían dar una charla frente a
un panel explicando por qué eran las mejores candidatas para un puesto
de trabajo.
Después se les pidió que hicieran una operación de aritmética
frente al panel. Los exámenes realizados tras este test mostraron que en
ambos grupos, las personas solitarias eran las que presentaban un mayor
nivel de inflamación.
"Si se está solo se pude tener un nivel de inflamación mayor sin
importar si se padece una enfermedad crónica", ha explicado a la BBC la
doctora Jeremka. "Durante mucho tiempo a los médicos les costó reconocer
la importancia de la soledad en la salud. Ahora sabemos que es
necesario analizar y entender los contextos sociales de los pacientes".
El número de personas que viven solas está creciendo en todo el
mundo. Además, muchos son ancianos que se han quedado solos después de
la muerte de sus parejas o cuando sus familias se han mudado.
Por ello, añade esta experta, es necesario encontrar la manera de
ayudar a la gente solitaria. "Lamentablemente, no podemos decirle a todo
el mundo que salga y encuentre a alguien que le quiera. Necesitamos
crear redes de apoyo", concluye la experta.
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