La mala salud mental conduce a
comportamientos poco saludables, como beber en exceso, fumar y consumir
drogas, en los adultos de bajos ingresos y no al revés, según un nuevo
estudio realizado por la doctora Jennifer Walsh y sus colegas de los
Centros de Medicina del Comportamiento y Preventiva del Hospital Miriam
en Estados Unidos y publicado en la revista 'Translational Behavioral
Medicine'.
En esta investigación, el estrés y la ansiedad predice posteriores
comportamientos que comprometen la salud, como fumar, beber en exceso,
el uso ilegal de drogas, relaciones sexuales sin protección y las dietas
poco saludables. La posible explicación que dan los autores a estos
resultados es que los comportamientos de salud comprometedores pueden
ser utilizados como mecanismos de afrontamiento para manejar los efectos
del estrés y la ansiedad.
Walsh y su equipo exploraron la relación entre los comportamientos
que comprometen la salud y la salud mental en el contexto de desventaja
socioeconómica para determinar si los problemas de salud mental
provocan posteriores comportamientos no saludables o si estos conducen a
problemas de salud mental.
En el estudio participaron 482 adultos que reciben atención en una
clínica de infección de transmisión sexual, a los que se les pidió que
completaran una entrevista al comienzo del estudio y luego a los tres,
seis, nueve y 12 años. Los investigadores evaluaron una serie de
comportamientos: el consumo de sustancias (excesivo de alcohol,
tabaquismo, drogas ilegales), el ejercicio, así como los comportamientos
sexuales, alimentarios y del sueño, y midieron los niveles de ansiedad,
depresión y estrés.
Comprometer la salud con diversos comportamientos, incluyendo el
uso de sustancias, el sexo sin protección, la mala alimentación y el
sueño insuficiente o excesivo, era común entre los pacientes que acudían
a la clínica. Los participantes en el estudio con muy bajos ingresos
registraron un mayor número de acciones contra la salud, así como más
síntomas de depresión y ansiedad y mayores niveles de estrés en
comparación con los de mayores ingresos.
Los autores encontraron que los síntomas de depresión y ansiedad,
así como el estrés percibido, predijeron posteriores niveles de
comportamientos poco saludables, cuando se tomaron en cuenta el estatus
socioeconómico y los comportamientos anteriores. Por el contrario, las
conductas no saludables no predijeron la salud mental posterior, por lo
que estos resultados muestran que los comportamientos no saludables
siguen a la depresión, la ansiedad y el estrés en vez de dar lugar a
ellos.
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