El cerebro humano puede aprender a tratar las
prótesis relevantes como sustitutos de una parte del cuerpo que no
funciona, según un estudio publicado este miércoles en 'Plos One' por
Mariella Pazzaglia y sus colegas de la Universidad Sapienza y la 'IRCCS
Fondazione Santa Lucia' en Roma (Italia), apoyado por la Fundación
Internacional para la Investigación en Paraplejia.
Los investigadores encontraron que participantes en silla de
ruedas con lesiones de la médula espinal perciben los bordes de su
cuerpo como de plástico y flexibles al incluir la silla de ruedas, con
independencia del tiempo transcurrido desde su lesión o la experiencia
con el uso de una silla de ruedas.
Los pacientes con lesiones de la médula espinal inferior que
mantienen el movimiento del cuerpo superior implicados en esta
investigación mostraron una asociación más fuerte de la silla de ruedas
con su cuerpo que los que tenían problemas de médula espinal en todo el
cuerpo.
Según los autores, esto sugiere que en lugar de considerarla sólo
como una extensión de las extremidades inmóviles, las sillas de ruedas
se habían convertido en sustitutos tangibles y funcionales de la parte
del cuerpo afectada. Pazzaglia explica: "La conciencia corpórea de la
herramienta emerge no sólo como una extensión del cuerpo, sino como un
sustituto de, y forma parte de la autofuncionalidad".
Estudios anteriores han demostrado que las personas con prótesis
que amplían o restablecen el movimiento pueden hacer que las
herramientas sean parte de su identidad física, pero si esta integración
se debe al uso prolongado o el resultado de la información sensorial
alterada está poco claro.
Basándose en los resultados de este estudio, los autores sugieren
que puede ser la última, ya que el cerebro parece actualizar
continuamente señales corporales para incorporar estas herramientas como
un sentido del cuerpo. La investigación concluye que esta habilidad
puede tener aplicaciones en la rehabilitación de personas con
impedimentos físicos.
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