Caminar con regularidad, a paso ligero,
después de sufrir un derrame cerebral podría ayudar a mejorar su
condición física, movilidad y calidad de vida, según un estudio
publicado en 'Stroke: Journal of the American Heart Association'.
"Caminar es una excelente manera de mantenerse activo después de
un accidente cerebrovascular. Es familiar, de bajo costo y algo que la
gente puede hacer fácilmente", afirma Carron Gordon, autor principal del
estudio y profesor en el Departamento de Terapia Física en la
Universidad de las Indias Occidentales en Jamaica.
Para el estudio, los científicos dividieron a 128 adultos
supervivientes de accidentes cerebrovasculares en un grupo que caminó a
paso ligero al aire libre tres veces por semana durante tres meses y un
grupo que tenía un masaje terapéutico pero no ejercicio supervisado.
El grupo que realizó los paseos tuvo una mejoría del 16,7 por
ciento en su calidad de vida gracias a su salud física, además de que
podían andar un 17,6 por ciento más en una prueba de resistencia de seis
minutos. Asismismo, se detectó en estos participantes una tasa cardíaca
en reposo de un 1,5 por ciento inferior .
Según Gordon, Después de un derrame cerebral, muchas personas
carecen de energía y tienen miedo de caerse al caminar, por lo que dejan
de hacer actividades significativas como ir a la iglesia, de compras y
visitar a amigos y familiares. El nuevo estudio muestra que pueda
caminar sin un equipo de supervisión del ejercicio en cualquier lugar de
la comunidad.
Los participantes del estudio eran de tres hospitales de Jamaica,
que habían sufrido un accidente cerebrovascular isquémico o hemorrágico
entre seis a 24 meses antes del estudio y podían caminar de forma
independiente, con o sin bastón.
Los participantes del grupo que caminó fueron supervisados por
instructores durante su paseo y, con el tiempo, los amigos o miembros de
la familia caminaron con ellos hasta que los participantes se sentían
cómodos para hacerlo solos, dijo Gordon.
Aunque la mayoría de los participantes del estudio eran de raza
negra, resultados similares se pueden esperar en cualquier grupo étnico o
cultural, según el director de la investigación, quien señala, no
obstante, que los resultados no pueden extenderse a pacientes con
efectos más graves o los que no pueden caminar de forma independiente.
"Caminar puede ayudar a controlar la presión arterial, reducir los
niveles de grasa o lípidos y ayuda a controlar el peso, factores de
riesgo cardiovascular", dijo Gordon. La Asociación Americana del Corazón
recomienda al menos 150 minutos por semana de ejercicio moderado o 75
minutos por semana de ejercicio vigoroso (o alguna combinación de ambos)
para la mayoría de la gente y para supervivientes de accidentes
cerebrovasculares, ejercicio aeróbico de tres a siete días a la semana,
durante 20 a 60 minutos.
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