Los hombres obesos son más propensos a tener
lesiones precancerosas detectadas en las biopsias benignas de próstata
en comparación con los hombres no obesos y registran mayor probabilidad
de desarrollar posteriormente cáncer de próstata, según investigadores
de la Escuela Mailman de Salud Pública de la Universidad de Columbia, en
Nueva York (Estados Unidos). La obesidad en el momento de la biopsia se
asoció con un 57 por ciento de aumento en la incidencia de cáncer de
próstata.
Así concluye la investigación, que se publicará en la edición
online de la revista 'Cancer Epidemiology, Biomarkers & Prevention'.
"Nuestro estudio se centra en un grupo grande de hombres que han tenido
una biopsia de próstata benigna, pero aún se encuentra en un alto
riesgo de cáncer de próstata", explicó Andrew Rundle, profesor asociado
de Epidemiología y primer autor del artículo.
"Los estudios realizados en el pasado han tratado de determinar si
existen subpoblaciones de los hombres diagnosticados con condiciones
benignas que pueden estar en un riesgo mayor de desarrollar cáncer de
próstata. Aquí hemos sido capaces de demostrar que la obesidad está
asociada con un riesgo significativamente mayor de cáncer de próstata
después de una primera biopsia benigna, sobre todo en los primeros años
después de la biopsia", agrega este experto.
El doctor Rundle y sus colegas investigaron la asociación entre la
obesidad y la incidencia futura del cáncer de próstata en una cohorte de
6.692 hombres en el Sistema de Salud Henry Ford que fueron seguidos
durante 14 años tras la resección de la próstata con hallazgos benignos o
biopsia transuretral. La investigación fue parte de un estudio mayor
para el cáncer de próstata financiado con una beca de investigación de
los Institutos Nacionales de Salud estadounidense para el Sistema de
Salud Henry Ford.
Los científicos realizaron un estudio de casos y controles entre
494 de estos pacientes y 494 controles emparejados y encontraron
alteraciones precancerosas en el 11 por ciento de las muestras benignas
de los participantes. Estas anomalías se asociaron "ignificativamente"
con la obesidad en el momento del procedimiento, según subrayó el doctor
Rundle.
Tras tener en cuenta diversos factores, como los antecedentes
familiares de cáncer de próstata, los niveles de antígeno prostático
específico (PSA) en el procedimiento inicial, y el número de pruebas de
PSA y tactos rectales durante el seguimiento, los autores encontraron
que la obesidad en el momento del procedimiento inicial se asoció con un
57 por ciento de aumento en la incidencia de cáncer de próstata durante
el seguimiento.
Sin embargo, Rundle apunta que esta asociación era sólo aparente
para los tumores que ocurrieron en una fase temprana en el períiodo de
seguimiento. "No sabemos absolutamente lo que es cierto en la biología.
En algunos aspectos, esto refleja la asociación entre el tamaño del
cuerpo y mayor tamaño de la próstata, que se cree que reduce la
sensibilidad de la biopsia con aguja. Es posible que los tumores
perdidos por biopsia inicial crecieron y se detectaron en una biopsia de
seguimiento", señala.
La asociación observada entre el tamaño corporal y el riesgo de
cáncer de próstata es mayor que la detectada en estudios anteriores,
según Rundle, quien atribuyó la diferencia a las cohortes estudiadas: el
estudio estaba compuesto sólo por hombres con alto riesgo de cáncer de
próstata. Además, puesto que estos hombres de alto riesgo eran miembros
del Sistema Integral Médico Henry Ford, fueron sometidos a una mayor
vigilancia médica, que incluyó repetidas biopsias y exámenes regulares
de PSA.
"Necesitamos un poco de orientación sobre cuándo y para quién se
requiere un seguimiento completo", afirmó el doctor Rundle. "La obesidad
se debe considerar un factor de seguimiento más intensivo después de
una biopsia prostática benigna", concluyó este investigador.
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