Las siestas que se echan durante el día en el
aula apoyan el aprendizaje de los niños en edad preescolar al mejorar
su memoria, según concluye la investigación de un equipo de expertos del
sueño de la Universidad de Massachusetts en Amherst, Estados Unidos. En
su estudio, aquellos que durmieron un rato durante el día realizaron
significativamente mejor tareas visual-espaciales por la tarde frente a
quienes no disfrutaron de ese tiempo de sueño.
La psicóloga Rebecca Spencer, con los estudiantes Kasey Duclos y
Laura Kurdziel, dicen que sus resultados del estudio de más de 40 niños
en edad preescolar sugieren que las siestas son fundamentales para la
consolidación de la memoria y el aprendizaje temprano. "Somos los
primeros en reportar evidencia de que las siestas son importantes para
los niños en edad preescolar. Las siestas ayudan a los niños a recordar
mejor lo que están aprendiendo en preescolar", afirma la directora del
estudio, publicado en 'Proceedings of the National Academy of Sciences'.
Para este estudio, Spencer y sus colegas reclutaron a 40 niños de
seis escuelas preescolares en todo el oeste de Massachusetts y les
enseñaron una tarea visual-espacial similar a los juegos de memoria. En
este juego, los niños veían una cuadrícula de imágenes y tenían que
recordar dónde se encuentran las diferentes imágenes.
Cada niño participó en dos condiciones: tras una siesta y sin dormir.
Las siestas duraron un promedio de 77 minutos, el mismo tiempo que
estos se mantenían despiertos cuando no echaban la siesta. Así, se probó
el juego de memoria con y sin siesta y, de nuevo, al día siguiente para
ver si el sueño nocturno afecta al rendimiento.
Los niños olvidaron significativamente más ubicaciones de
elementos en la prueba de memoria cuando no habían echado una siesta (65
por ciento de precisión) , en comparación con cuando durmieron durante
el día (75 por ciento de precisión), de forma que tras una siesta, los
niños recordaron un 10 por ciento más de los puntos de prueba que cuando
se mantuvieron despiertos.
"Los niños se desempeñaron significativamente mejor cuando ambos
dormían la siesta por la tarde y al día siguiente", resumen los autores.
A su juicio, esto significa que cuando se pierden una siesta, el niño
no puede recuperar este beneficio de dormir con el sueño nocturno y que
parece que hay un beneficio adicional de dormir durante el día en la
formación escolar.
Para estudiar el efecto de las fases de sueño y si los recuerdos
eran procesados ??activamente durante la siesta, los científicos
reclutaron a un grupo adicional de 14 preescolares que acudieron a un
laboratorio del sueño a los que se les practicó polisomnografía, un
registro de los cambios biofisiológicos, durante sus siestas promedio de
73 minutos. Spencer y sus colegas observaron una correlación entre la
densidad del sueño husillo, que es la actividad relacionada con la
integración de nueva información, y el beneficio de memoria durante la
siesta.
"Esperamos que estos resultados sirvan a los responsables políticos y
los directores de los centros para tomar decisiones informadas con
respecto a las oportunidades de la siesta en las aulas. Los niños no
sólo deben tener la oportunidad, se les debe animar a dormir por la
creación de un ambiente que apoya el sueño", aconsejan los autores,
quienes piden a los centros preescolares que desarrollen directrices de
siesta y una mayor investigación sobre la manera de proteger y promover
la siesta para los niños pequeños con el fin de mejorar su aprendizaje.
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