MADRID.- Artritis y Artrosis no son lo mismo, una realidad sobre la que nadie tiene dudas, pero que,
por lo general, solo quienes las padecen saben exactamente las
diferencias y particularidades que las definen. Ambas son enfermedades
reumáticas crónicas, degenerativas y producen dolor, además comparten
que a mayor conocimiento de ellas mejor es su control y prevención.
Sin embargo, como recuerda el jefe de
Servicio Reumatologia Hospital del Mar y portavoz de la Sociedad
Española de Reumatología (SER), el doctor Pere Benito-Ruiz,
existe un problema de "cultura médica", el mismo problema que hace
pensar que el reumatismo es una enfermedad, cuando la realidad es que,
como tal, "no existe".
Existen las enfermedades reumáticas, es decir aquellas
enfermedades médicas del aparato locomotor concernientes al aparato
muculoesquelético por causa que no sea un traumatismo; y dentro de
ellas, además de la artrosis y las artritis, se encuentran otras como la
esclerosis sistemática, la osteoporosis o la fibromialgia.
Antes de entrar en las diferencias y semejanzas, el experto recuerda que
la artrosis es la enfermedad articular más frecuente en España que
puede afectar a distintas articulaciones, mientras que la artritis es un
término usado para describir un gran número de enfermedades (lupus,
gota, espondilitis, etc), aunque destaca la artrosis reumática que, por otra parte, es la que suele ser confundida con la artrosis entre la población.
Comenzado por el principio, dentro de los problemas reumáticos
articulares se encuentran los de tipo diartroso, es decir aquellas que
tienen movimiento o movimiento y carga del peso a la hora de funcionar.
Aquí es donde empiezan las diferencias entre artritis y artrosis, en su origen.
Las articulaciones tienen diferentes estructuras, "a grandes rasgo
las tres estructuras fundamentales son el hueso, el cartílago y el
sinovial": el cartilago "es el que hace que tenga una bisagra y
amortigüe las fuerzas", y va tapizado de la membrana sinovial,
"fundamental para el funcionamiento de esas bisagras".
La estructura dañada en la artrosis es el cartílago,
"el desgaste de ese tejido que hace de amortiguador y superficie
congruente para hacer de bisagra"; por tanto, la artrosis, que afecta a
cerca de siete millones de españoles, consiste en un "desgaste" del
cartílago articular que puede ser progresivo.
En la artritis el tejido fundamental que se afecta es la sinovial,
"una membrana que se inflama y produce liquido". La persistencia de la
inflamación de la membrana sinovial condiciona que el lugar del hueso en
el que se fija la membrana sinovial se dañe dando lugar a pequeñas
erosiones. Además, la inflamación mantenida de una articulación hace que
el cartílago, que permite el rozamiento suave entre los huesos,
adelgace y desaparezca.
Por lo tanto, en ambos casos se produce dolor, aunque en
el caso de la artrosis se considera una enfermedad mecánica, mientras
las artritis es inflamatoria; "el dolor de las artritis es un
dolor continuo, es inflamatorio, no cede con el reposo", mientras que
"en las artrosis el dolor es mecánico, es un dolor cuando se pone a
funcionar la articulación, cuando entra en reposo deja de doler casi
siempre".
Dentro de las enfermedades articulares las artrosis son mucho más prevalentes,
"a Dios gracias", afirma el portavoz de la SER al recordar que "si las
artritis no se tratan correctamente tienen una evolución rápida que
pueden llegar a la destrucción articular en poco tiempo, es decir meses o
pocos años". Mientras, "en la artrosis el proceso es mucho más lento,
si bien es cierto que llega a degenerase y que puede operarse pero eso
puede pasar al cabo de muchos años", añade.
En cuanto a la población afectada, la artrosis es mucho más
prevalente, afecta a una población mayor en el mundo, de hecho se estima
que "hacia los 80 años, entre un 60 y 70 por ciento de esta población tiene artrosis
en alguna articulación"; mientras en las artritis, todas las artritis
reumáticas pueden afectar al 4 o el 5 por ciento de la población total.
A la hora de valorar el tratamiento, debe de tenerse en cuenta que
tanto en ambas hay un destrucción de las estructuras articulares, "en
las artritis muy rápida, en las artrosis más lenta". Por eso, el médico
hace hincapié en el diagnóstico y tratamiento precoz.
"Hablamos de que hay una ventana de actuación para coger estas
enfermedades muy al inicio, cuando aún no se han destruido y hacerles el
tratamiento", señala.
En el tratamiento de primera línea, para la artritis "los antiinflamatorios son un mal necesario"
pero "solo son sintomáticos, no modifican el curso de la enfermedad,
solo mejoran la inflamación son tratamientos coadyuvantes, mejoran el
dolor pero si no tratas la causa la destrucción articular sigue
adelante".
En la artrosis también se dan analgésicos y antiinflamatorios para mejorar los síntomas, "pero hacemos mucho más hincapié en el tratamiento no farmacológico, lo que significa que el paciente descargue la articulación, para que no cargue más peso que el que debe, y mejore la musculatura con gimnasia".
"Por tanto, son mucho más frecuentes las artrosis que las artritis", explica el doctor quien además recuerda que las artritis suelen empezar en una edad mucho más temprana
que la artrosis, que no tienen un impacto tan temprano sino que da la
cara de forma progresiva. En común, tienen que en ambos casos se da más
en mujeres que en hombres.
Por tanto, ¿cómo se diferencian? La artrosis afecta a
mucha más gente, provoca menos inflamación, el dolor es mecánico, lo que
significa que no suele doler en reposo, y el desgaste es progresivo y
lento, es decir que desde su inicio a su máxima degeneración pasan años; mientras
la artritis afecta a gente mucho más joven, el dolor es persistente
producto de la inflamación, su tratamiento es mas complicado y su
degeneración es muy rápida.
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