NUEVA YORK.- El cáncer es la primera enfermedad en
la que los médicos pueden brindar un tratamiento personalizado, al hacer
concordar la genética del tumor con un tipo apropiado de quimioterapia,
y ahora también podría convertirse en el primer mal cuya prevención
puede ser personalizada.
Dos décadas después de que los científicos descubrieran que la
aspirina puede reducir el riesgo de cáncer colorrectal, un nuevo estudio
determinó que el beneficio es casi exclusivo en personas con genes que
producen altos niveles de una enzima en particular.
Aquellas personas cuyo ADN produce bajos niveles de la enzima obtienen poco o ningún beneficio a partir de la aspirina, reportaron el miércoles los científicos en la revista Science Translational Medicine.
"Si tienes bajos niveles (de la enzima), tomar aspirinas para reducir el riesgo de tener cáncer colorrectal probablemente no te esté ayudando", dijo el doctor Sanford Markowitz, profesor de genética del cáncer en Case Western Reserve School of Medicine en Cleveland y uno de los líderes del equipo que desarrolló el estudio.
"Pero las personas con altos niveles están recibiendo los mayores beneficios: La combinación de altos niveles de enzimas con la ingesta de la aspirina realmente parece ser clave en reducir cuantitativamente el riesgo de cáncer de colon", sostuvo.
Identificar quién puede disminuir el riesgo de cáncer colorrectal -que según la Asociación Americana del Cáncer, causará la muerte de 50.000 personas en Estados Unidos este año- tomando una aspirina es especialmente importante ya que el fármaco genera un importante riesgo de úlceras y sangramiento gastrointestinal, que puede ser fatal.
Puesto que los peligros gastrointestinales son demasiado elevados como para justificar beneficios inciertos, la agencia de servicios preventivos de Estados Unidos, que asesora al Gobierno, recomienda a la población en general no usar la aspirina para eludir el cáncer de colon.
"Pero si puedes hacer concordar la prevención con personas que tienen elevado riesgo de desarrollar la enfermedad y las mayores posibilidades de beneficiarse (con el fármaco), esto podría cambiar el balance", dijo el doctor Andrew Chan del Massachusetts General Hospital en Boston, que también fue uno de los líderes del estudio.
Tanto la aspirina como la enzima, denominada 15-PGDH, atacan las prostaglandinas, unas moléculas que promueven el crecimiento de células en el colon y la inflamación, ambos factores que incrementan el riesgo de desarrollar cáncer.
La aspirina inhibe la producción de las prostaglandinas y la enzima en cuestión las consume, lo que da como resultado menores niveles de moléculas que promueven el surgimiento del cáncer.
Aquellas personas cuyo ADN produce bajos niveles de la enzima obtienen poco o ningún beneficio a partir de la aspirina, reportaron el miércoles los científicos en la revista Science Translational Medicine.
"Si tienes bajos niveles (de la enzima), tomar aspirinas para reducir el riesgo de tener cáncer colorrectal probablemente no te esté ayudando", dijo el doctor Sanford Markowitz, profesor de genética del cáncer en Case Western Reserve School of Medicine en Cleveland y uno de los líderes del equipo que desarrolló el estudio.
"Pero las personas con altos niveles están recibiendo los mayores beneficios: La combinación de altos niveles de enzimas con la ingesta de la aspirina realmente parece ser clave en reducir cuantitativamente el riesgo de cáncer de colon", sostuvo.
Identificar quién puede disminuir el riesgo de cáncer colorrectal -que según la Asociación Americana del Cáncer, causará la muerte de 50.000 personas en Estados Unidos este año- tomando una aspirina es especialmente importante ya que el fármaco genera un importante riesgo de úlceras y sangramiento gastrointestinal, que puede ser fatal.
Puesto que los peligros gastrointestinales son demasiado elevados como para justificar beneficios inciertos, la agencia de servicios preventivos de Estados Unidos, que asesora al Gobierno, recomienda a la población en general no usar la aspirina para eludir el cáncer de colon.
"Pero si puedes hacer concordar la prevención con personas que tienen elevado riesgo de desarrollar la enfermedad y las mayores posibilidades de beneficiarse (con el fármaco), esto podría cambiar el balance", dijo el doctor Andrew Chan del Massachusetts General Hospital en Boston, que también fue uno de los líderes del estudio.
Tanto la aspirina como la enzima, denominada 15-PGDH, atacan las prostaglandinas, unas moléculas que promueven el crecimiento de células en el colon y la inflamación, ambos factores que incrementan el riesgo de desarrollar cáncer.
La aspirina inhibe la producción de las prostaglandinas y la enzima en cuestión las consume, lo que da como resultado menores niveles de moléculas que promueven el surgimiento del cáncer.
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